La CEE aprueba la extensión a 200 millas de la zona de "explotación económica"
El Mercado Común ampliará su zona marítima de explotación económica a doscientas millas, a partir del 1 de enero de 1977. Así lo decidieron ayer en La Haya los nueve ministros de Asuntos Exteriores de la CEE, reunidos para una sesión de cooperación política, en la que, además de los temas pesqueros, pasaron revista al informe sobre la Unión Europea, preparado por el primer ministro belga, Leo Tindemans.
La decisión de la CEE de extender sus aguas marítimas a doscientas millas, siguiendo el ejemplo de otros países (Estados Unidos, Canadá, Islandia), obligará a una serie de acuerdos bilaterales entre la Comunidad y algunos países terceros.El Consejo de la CEE, ha dado el mandato a la Comisión Europea para que inicie conversaciones, a partir del 3 de noviembre con Islandia, Estados Unidos, Canadá y Noruega. En una segunda etapa la Comisión negociará con la URSS, Polonia y la República Democrática Alemana.
En una tercera y última fase, cuya fecha queda por determinar, la Comisión negociará con España, Portugal, Yugoslavia, Senegal y otros países africanos.
En el caso específico de España la Comisión prevé serias modificaciones en la zona atlántica del Gran Sol. La CEE pedirá la retirada progresiva de los barcos españoles que actualmente pescan en lo que se convertirá en aguas comunitarias, a partir del próximo 1 de enero. No se esperan grandes modificaciones -si las hay- en la zona mediterránea.
Negociaciones con España
Dentro de unos días llegará a Bruselas una delegación española de propietarios de barcos pesqueros y armadores para entrevistarse con el vicepresidente de la Comisión, responsable en temas de pesca, el danés Finn Olvav Gundelacti. También tendrán contactos con el Sindicato Patronal- Pesquero de la CEE.
Las futuras negociaciones España-Comisión Europea en el problema pesquero serán el bautismo comunitario para el nuevo embajador de España acreditado ante la CEE, Rai mundo Bassols.
España deberá proponer contrapartidas a la comunidad si desea conservar algunos derechos de pesca en la zona de Gran Sol.
Es probable que la CEE no ceda en su reglamento de doscientas millas perjudicando a los pescadores españoles.
La única solución, a largo plazo, llegará cuando España se convierta en miembro de pleno derecho de la CEE. Entonces, los pescadores hispanos podrán faenar libremente en los límites de doscientas millas comunitarias conservando en exclusiva una zona de doce millas a lo largo de las costas españolas.
El compromiso comunitario de La Haya se logró gracias a la flexibilidad de la delegación irlandesa. Dublín aceptó el principio de doscientas millas, porque el resto de países miembros se comprometen a negociar un acuerdo interno con Irlanda destinado a una protección superior a las doce millas (Dublín pide cincuenta) para los pescadores irlandeses. En su régimen interior los nueve definirán un sistema de cupos anuales de captura de pescado para cada país
