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Reportaje:

Ford puede arrebatar a Carter votos de los demócratas y conservadores

Cuando faltan cinco días para la elección presidencial norteamericana y los sondeos de opinión coinciden en afirmar que los indecisos y los demócratas conservadores tendrán la última palabra, Jimmy Carter recibió ayer un clamoroso recibimiento en Nueva York, donde más de cien mil personas se congregaron en las aceras y calles de Manhattan para vitorear y aplaudir al candidato demócrata.

Pese a que todos coinciden en dar ventaja a Jimmy Carter, los expertos en sondeos de, opinión pública reconocen que en estas elecciones presidenciales puede pasar cualquier cosa.Durante un almuerzo celebrado ayer en el Club de Prensa de Washington, los señores Gallup y Harris, directores de dos de los más prestigiosos institutos de estudios sobre la opinión pública, expusieron sus puntos de vista sobre la elección presidencial del 2 de noviembre, sin llegar a otra conclusión que, el número de personas que acuda a las urnas determinará de forma decisiva el nombre del próximo presidente de los Estados Unidos.

Sin embargo, los dos expertos no se pusieron de acuerdo sobre a qué candidato perjudicará o beneficiará el alto grado de abstencionismo que ellos mismos prevén en sus sondeos. Para el señor Gallup, los debates televisados que enfrentaron a los dos aspirantes a la Casa Blanca, tuvieron un efecto positivo, que se traducirá en un mayor número de votantes que en las pasadas elecciones. Un nivel de votación normal, dentro del alto abstencionismo que se registra en Norteamérica, ayudaría al presidente Ford, según George Gallup.

Para Louis Harris, una escasa afluencia a los colegios electorales perjudicará a Carter y beneficiará a su adversario, pero si el porcentaje de votantes es cercano al 70% de los electores inscritos, Carter vencerá con holgura.

Preguntados por la situación actual de los candidatos en sus sondeos más recientes, ambos especialistas coincidieron en señalar la ventaja de Jimmy Carter, que para el señor Gallup es de seis puntos sobre Ford, mientras que para el señor Harris se reduce a tres o cuatro puntos.

El voto de las minorias

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Del mismo modo, los sondeos de ambos institutos coinciden en que el candidato demócrata lleva ventaja en las previsiones de voto de las minorías étnicas, y especialmente entre negros y judíos, así como entre los jóvenes, los sindicatos y en las grandes ciudades. Pero el presidente Ford supera a su adversario en las preferencias de los habitantes de zonas residenciales, y entre los graduados, profesionales y empresarios, que son sectores sociales en los que el grado de abstencionismo es muy bajo.También coincidieron Harris y Gallup en su opinión de que el votante medio no da ninguna importancia a la persona del candidato a la vicepresidencia en el momento de tomar su decisión. Para el señor Harris el candidato demócrata se beneficia de las simpatías que provoca entre el electorado su compañero electoral, Walter Mondale, lo que podría resultar decisivo en el caso de que la elección estuviera muy reñida y tuviera que decidirse por un escaso margen.

Otra autoridad en sondeos de opinión pública, Richard Scammon, director del Elections Research Center, dijo ayer, en un desayuno de trabajo con la prensa de la capital federal, que este año se producirá un voto más «suave» que en ningún otro momento de la historia política norteamericana y que ello puede hacer posible la victoria de Gerald Ford, aunque actualmente vaya detrás de Carter en los sondeos.

«La arena política está hoy cubierta de cáscaras de plátano», dijo el señor Scanimon, quien añadió que cualquier acontecimiento imprevisto puede tener una gran repercusión en los resultados electorales, ya que en la presente campaña hay más votantes indecisos que nunca.

Scanimon estimó en un 7% el sector de electores indecisos que existe actualmente, a sólo cinco días del 2 de noviembre, y dijo que quien logre captar la mayoría de ese sector puede ganar la elección.

El especialista en opinión pública señaló asimismo que un porcentaje notable de los electores inscritos como demócratas puede dar su voto al candidato republicano. «Tal ocurrió hace cuatro años cuando los demócratas desertaron de sus filas, asustados por el radicalismo de McGovern y votaron por Richard Nixon.

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