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La Viena de Freud

Sobre Freud y el trasfondo intelectual en Viena habló ayer tarde Harold Leupold-Lowenthal, presidente de la Sociedad Psicoanalítica Vienesa, en la Fundación Juan March, dentro del Ciclo Sigmund Freud.El conferenciante se refirió al aislamiento personal de Freud en Viena, por su actitud de observador independiente que se interesa por las motivaciones humanas y por su postura de poner al descubierto la verdad, en una ciudad que prefería el autoengaño como mecanismo de defensa que niega la realidad.

«En Viena, fue consciente de su carácter judío y, a la vez, tomó contacto con el mundo de los no judíos. Por entonces, los judíos se unieron políticamente a la burguesía de habla alemana, fundamentalmente liberal, alianza que aseguraba la emancipación legal para todos, aunque con mayor participación de grupos más asimilados a la gran burguesía liberal vienesa y con importante representación en profesiones como la medicina, el periodismo y el derecho».

Otro rasgo personal de Freud significativo para su valoración de Viena: «Sus descubrimientos psicoanalíticos no fueron aceptados por médicos y psiquiatras, hasta el punto de modificar sus formulaciones sobre la sexualidad, pero Freud se mantuvo en su postura de osado hombre de la oposición». La vida intelectual de Viena tenía mucho que agradecer a los judíos, por su obra de creadores de cultura y nuevas corrientes. Freud no perteneció a ninguna vertiente intelectual de la vida judía, tampoco tuvo contactos con el mundo brillante de la literatura y del arte. Freud tuvo cualidades y costumbres vienesas, como su individualismo, su desconfianza ante la política, su interés por la observación o su amor a la naturaleza.

El Ciclo Freud finalizará el próximo jueves con una conferencia de Helmut Dahmer sobre Marx, Freud y la psicología social.

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