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"Está en cuestión el futuro de la enseñanza privada"

«Quizá ha sido el último éxito del sindicalismo oficial, que no se lo merecía, ni ha hecho nada por lograr el acuerdo», declaró a EL PAIS el presidente de las deliberaciones del Convenio Nacional de la Enseñanza, recientemente firmado, Joaquín Navarro, juez de Primera Instancia, jefe del Gabinete de Estudios de Presidencia del Gobierno y persona muy cercana a Tierno Galván.Durante las deliberaciones del convenio, según el señor Navarro, se produjeron dos o tres momentos críticos que estuvieron a punto de suponer la ruptura de negociaciones. Veladamente la parte social amenazaba con la huelga y la económica con el lock out. Se salvó la negociación en un momento dado, según el presidente de las deliberaciones, gracias a la promesa de la Administración de subvencionar, para el primer trimestre del curso escolar, con 2.387 millones de pesetas a la enseñanza privada. En base a esta subvención pudo llegarse a un acuerdo en lo relativo a retribuciones, pero el empresariado se negó a negociar la cogestión de los centros.

Los puntos más difíciles de la negociación, según el señor Navarro, fueron los relativos al ámbito funcional del convenio, a la igualdad de retribuciones para todo el profesorado de centros -subvencionados o no- de EGB, las reducciones del abanico salarial y la participación de los trabajadores en la dirección de las empresas.

«El convenio firmado no supone sólo una mejora salarial, sino que también cuestiona el futuro de la enseñanza privada», comentó el presidente de las deliberaciones. Los empresarios tendrán que reconsiderar el futuro de sus centros, y enfocarlo más como servicio social que como negocio, según el señor Navarro, «si no quieren desaparecer». Opina que no puede seguirse subvencionando la enseñanza privada sin exigir un control de calidad de la misma y una participación -que lleve a la socialización- en la dirección de las empresas citadas.

La Administración no presionó para que se llegara a un acuerdo en el convenio, pero a través de sus llamadas telefónicas -dice el señor Navarro- se veía que el tema les preocupaba mucho. También calificó de muy importante el ascendente de la FERE sobre los empresarios para llegar al acuerdo.

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