Graves problemas para el hipódromo de Valencia

El emplazamiento del nuevo hipódromo valenciano de El Saler, que se inauguró el pasado sábado, ha despertado gran indignación entre un gran número de valencianos. Las nuevas instalaciones están situadas a trece kilómetros de la capital, en plena Albufera, en una zona conocida por El Saler.Este pueblo, hasta hace pocos años, sólo contaba con unas cuantas edificaciones antiguas; muy cerca de allí se encuentra una isla conocida por El Palmar, donde Blasco Ibáñez escribió su famosa obra Entre cañas y barro; era, por tanto, una de las zonas más «respetadas» por el Ayuntamiento de Valencia.

Primero las instalaciones de la Ford, luego unos cuantos edificios de apartamentos y ahora el hipódromo son motivo de indignación entre los habitantes de Valencia.

La Sociedad Valenciana de Carreras de Caballos encontró gran oposición en el Ayuntamiento para adquirir los terrenos sobre los que se levantan las nuevas instalaciones hípicas, porque en su opinión atentaban contra la ecología de aquella zona. Pero, no se sabe por qué, las autoridades cambiaron de parecer y se dio vía libre para empezar las obras. Después de algo más de dos años el hipódromo es ya una realidad.

El sábado tan sólo se inauguró la pista hecha con arena de La Albufera, los 100 boxes, que albergan los 100 ejemplares que van a tomar parte en la presente temporada, y los servicios que completan estas instalaciones. Faltan por terminar las pistas de tenis, las piscinas y los campos de balonmano y baloncesto, y lo que es más importante, por lo menos en cuanto al hipódromo se refiere, las tribunas.

Hasta ahora los aficionados valencianos han podido presenciar las carreras en unas tribunas metálicas, ya que ha sido imposible la construcción de unas de cemento.

Pero la sorpresa fue grande para los responsables de la sociedad valenciana, cuando el pasado día 12 se dictó una disposición por la que se prohibía edificar en los terrenos del hipódromo una tribuna. El problema es grave. Las pistas están terminadas y el hipódromo, aunque inacabado, es una realidad. Pero con lo que no contaban los directivos de la sociedad es con la oposición del Ayuntamiento para la finalización de las obras.

Desde que se supo que el alcalde había consentido que en los terrenos de El Saler se levantaran las instalaciones hípicas las protestas llegadas hasta las autoridades de la ciudad fueron muchas. Pero es ahora cuando estas quejas parece que están teniendo efecto.

El gerente de la Sociedad de Carreras de El Saler manifestó a EL PAIS que el Ayuntamiento no les había dado ningún tipo de facilidades, sino todo lo contrario: había puesto todo tipo de «pegas», desde un principio.