Gran manifestación de la policía contra Poniatowski
Ocho mil policías se acaban de manifestar contra Poniatowski. El acontecimiento, sin precedentes después de la liberación, tuvo lugar anteanoche, en el nuevo hipódromo de París. Otro hecho sin precedentes: al lado del sindicato autónomo de policía francesa, que agrupa el mayor contingente de «flics», participaron también la CGT comunista, y la CFDT, socialista autogestionaria.El motivo original del descontento de la policía francesa es de orden material pero, como se comprobó en este mitin, en el que el nombre de su jefe, el ministro del Interior, Poniatowski, fue abucheado cada vez que se pronunció, lo que está en tela de juicio son, «los fundamentos de la policía», según afirmó el delegado gremial, Jean Chaunac.
De 1968 a esta parte la policía francesa ha dado varias pruebas de su malestar. Sus reivindicaciones son económicas y, relativas a las condiciones de trabajo. El año pasado, Poniatowski calmó la fiebre en el último minuto, prometiéndoles reformas y aumentos de salarios que, a estas alturas, aún no se han cumplido. De ahí, la «furia» de los 8.000 policías, un número muy significativo (en la región parisiense hay 32.000 en total), si se tiene en cuenta que gran parte de los efectivos, a la hora del mitin, estaban inmovilizados por el servicio.
El alcance de la «rebelión» va mucho más allá de lo material. Los oradores del mitin lo repitieron a lo largo de la noche, en un clima recalentado que explotó cada vez que se invitó al auditorio a la acción, «para obligar al Gobierno a cumplir sus promesas» y para defender «una policía democrática, que no sólo defienda a los privilegiados».
El señor Chaunac afirmó explícitamente: Se acabó la policía muda y silenciosa, encogida en un rincón, apta para todas las mentiras que los otros no quieren aceptar.
El líder del sindicato de comisarios, señor Rioquois, también invitó a sus colegas a la reflexión sobre la condición moral del cuerpo: El policía debe ser crítico frente a formas de moral que están hechas más para preservar los privilegios que para hacer vivir en paz al conjunto de la población.
