Demócratas de ahora

Hace unos días, don José Navarro G. de Canales escribía una carta en la que arremetía contra los fraudes Matesa, Coes, Redondela, etc., y poco más o menos decía que se necesitaba se diese la responsabilidad de gobernar al pueblo para evitar estos escándalos. Parece que no se acuerda de cuando era jefe nacional del Sindicato del Olivo y todos los olivareros a coro pedían su dimisión contestando que a él lo había nombrado el Caudillo y que hasta que éste no lo relevase no dejaría el cargo.Hoy (EL PAIS, 13-10-76) don Licinio de la Fuente, «con talante democrático», dice: «El político,por otra parte, tiene que encajar los juicios adversos, incluso cuando sean tan duros como los de EL PAIS. O quedarse en casa ocupándose de sus cosas.» Supongo que, como yo, más de un español con memoria se habrá sonreído. ¿Ahora, señor De la Fuente? Le voy a recordar un hecho en el que no supo «encajar» la crítica simpática de una gran periodista; Lola Aguado.

Se debatía en las Cortes la creación del FORPPA, don Licinio era, además de procurador, jefe nacional del Trigo. Lola, con gracejo y buena pluma narraba las sesiones en el diario Informaciones y, al comentar la actuación de don Licinio se le ocurrió decir: «Don Licinio, con su cara de pan, quizá por los años que lleva al frente del S. N. del T...». No gustó a don Licinio la alusión a la redondez de su caray a la periodista, Lola Aguado, le fue retirada su credencial para informar desde las Cortes.

Como es natural, si cada uno narrase anécdotas de los señores que forman la «pentaalianza» se demostraría que por mucho que ahora hablen no desdicen el contenido del feliz editorial de EL PAIS (10-10-76), pues por mucho que ahora elanien hacen suya la frase de-que «es preciso cambiar para que no cambie nada».