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Giscard d'Estaing pierde popularidad entre el electorado

El presupuesto general del Estado fue aprobado anoche en la Asamblea Nacional después de una discusión en la que los líderes de la mayoría y la oposición se culparon mutuamente de la seria situación económica. Como ya informamos ayer, la oposición depositó una moción de censura que será discutida el martes próximo. Según reveló un instituto de opinión, Giscard ha perdido popularidad entre el electorado; pero nada permite pensar que la derecha, a pesar de sus disensiones, ponga en peligro el Gobierno.

Por otra parte, el presidente Giscard, que marchó ayer a pasar el fin de semana a Polonia para cazar, según versión oficial, presentó su libro Democracia francesa en la televisión, en un programa de más de una hora de duración. Tanto él como el líder de la izquierda, Mitterrand se atacaron duramente.Todos estos datos, como dejó entrever un sondeo de la opinión conocido también ayer, confirman una vez más que la campaña electoral legislativa ha empezado de hecho y que, a medida que el tiempo pasa, el encono entre la derecha y la izquierda es más agresivo.

A pesar de todos los desmentidos oficiales, la culminación de la campaña publicitaria en favor del libro de Giscard, anoche en la TV, fue una prueba más del condicionamiento de toda la vida francesa -dicen algunos observadores- «al miedo que le inspira a la derecha la posibilidad de una victoria de la izquierda en las legislativas de la primavera del 78». Giscard aseguró que su libro no pretendía encender polémicas y que no se situaba en un contexto electoral.. Pero su diálogo con los periodistas lo, sembró del espectro colectivista de algunas nación es, nombrando a China como ejemplo, de cuyo creador, el recientemente fallecido Mao, había dicho que « fue un faro de la Humanidad». Los observado res anotaron también una «advertencia» del presidente «a quienes desean desorganizar la economía francesa», apuntando con ello a Mitterrand que, horas antes, lo había criticado duramente. La última batalla de la mayoría, que lleva 18 años en el poder, consiste en culpar a la izquierda de la mala situación económica. A su juicio, parece ser es el miedo al triunfo de la unión de la izquierda la que encoge a la patronal y la que provoca la evasión de capitales.

Lo cierto es que el plan Barre contra la inflación, salvo en una parte de la patronal, es rechazado. Y del éxito o el fracaso del mismo va a depender en gran parte el porvenir político de Francia. De aquí la movilización del poder. La descomunal publicidad que se le está haciendo a su libro no tiene precedentes. Desde hace cuatro días, que apareció en las librerías, se han vendido 650.000 ejemplares.

La prensa de derechas, la radio y la televisión se han volcado como si se tratara de un hecho histórico. El «acontecimiento» parece llegar a tiempo, ya que el sondeo realizado por un instituto de opinión pública, la semana anterior a la publicación de Democracia francesa, dio un resultado también sin precedentes en la historia de la V República: el presidente, por primera vez, suma más franceses descontentos que contentos por su labor. El 45.por 100 se dicen insatisfechos, contra el 42 por 100 de satisfechos.

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