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Prosiguen las depuraciones en China

Aunque no se han confirmado oficialmente las depuraciones de la facción radical del Partido Comunista Chino (PCC), los funcionarios dan por seguro la campaña de purgas, que se está extendiendo en las últimas horas a la Universidad de Pekín, bastión radical.

Ayer se barajó la cifra de 30 detenidos relacionados con el complot radical. Entre los detenidos estarían el ministro de Cultura, Yu Hui-yung y un sobrino de Mao, Mao Yuan-hsin, que desde la caída de Teng Hsiao-ping había cobrado importantes atribuciones en el seno del comité central.

Precisamente, sobre Teng Hsiao-ping, la capital está envuelta en rumores. Según noticias sin confirmar el ex viceprimer ministro, que ha estado desde su caída en Cantón, ejerciendo cargos administrativos, regresó en las últimas horas a Pekín acompañado del comandante militar de aquella región, Hsu Chih-yu, miembro del Buró-Político.

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Otro tema que atrae la atención de corresponsales y diplomáticos es el organismo que decretó la depuración de los elementos radicales. Se da como seguro que la medida partió del Buró Político, dominado por los amigos, de Hua Kuo-feng.

Paulatinamente y escudriñando en los actos oficiales y la prensa, se tiene la impresión de que los moderados han ganado la batalla sucesoria sin paliativos. En una recepción ofrecida el martes, el honor del primer ministro de Papua-Nueva Guinea, Li Hsien-nien, ocupó el papel principal en el trato con los diplomáticos y embajadores invitados, y en estos momentos, no se desestima que pueda ser nombrado primer ministro en cualquier momento.

En relación con la prensa, se sigue hablando de «revisionismo» y «lucha de clases», pero Diario del Pueblo inserta ayer artículos en tono diferente al que se ha empleado hasta ahora para referirse a aquellos conceptos. En general, las críticas a Teng Hsiao-ping han disminuido, e incluso la señora Pan Mei-ying, miembro del Buró Político publicó un artículo en el mencionado periódico en el que no se menciona ni una sola vez al ex viceprimer ministro.

En algunas provincias, como Sechuan, algunas personalidades han vuelto a sus puestos, abandonados desde hace meses y se hacen continuos llamamientos a la unidad y la moderación.

Mientras la información de la detención de Chiang Chin ha llegado al ciudadano de la calle, la población sigue pasivamente los acontecimientos. La tranquilidad del pueblo es producto de las llamadas al orden que se hicieron desde el comienzo de la campaña contra el viento de derecha, cuando se conminó a la población a llevar sus críticas dentro de los márgenes estrictos de los diferentes comités populares y no provocar disturbios ni alteraciones políticas semejantes a los de la Revolución Cultural.

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