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Celulosas de Pontevedra se compromete a recuperar la zona muerta de la ría

En el primer semestre del próximo año Celulosas de Pontevedra habrá alcanzado la situación de «libre de olor», gracias a las medidas antipolución atmosférica que se tomarán. Antes de que termine 1977 se habrá reducido sensiblemente también la demanda biológica de oxígeno. Ambos compromisos son adquiridos públicamente por la empesa, dependiente del Instituto Nacional de Industria, que ha sido acusada en diversas ocasiones de «matar la vida» en la ría de Pontevedra.

Según directivos de Celulosas «la incidencia real de la fábrica sobre la ría se limita a una zona de 200 a 300 metros de radio, en la cual el oxígeno disuelto en estas aguas está por debajo del mínimo necesario para la existencia de vida animal»

La instalación de este emisario ha sido considerada por el jefe provincial de Sanidad como una solución insuficiente, que trasladadará el problema de los vertidos dos kilómetros aguas adentro de la ría. «Esas opiniones no están fundamentadas ni teóricamente ni experimentalmente -manifiesta la empresa- ya que la importancia y utilidad de los emisarios está plenamente demostrada en diferentes países europeos e incluso en España». Afirman igualmente, que con el emisario no sólo se recuperará la zona muerta, sino que «incluso en la nueva zona de vertido el contenido en oxígeno disuelto será superior al 85 por 100 del valor de saturación, asegurando con ello la existencia de vida marina en toda la ría en lo que a esta factoría se refiere».

Celulosas de Pontevedra tiene en marcha un programa de control ambiental ya en ejecución que importaba originariamente 220 millones de pesetas, y que ha sido aumentado en 80 millones de pesetas. Ello permitirá dentro de un año la eliminación de la balsa de decantación y aireación de afluentes.

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