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La escisión de UDE plantea un posible ajuste gubernamental

Se da por seguro que Federico Silva, presidente de Unión Democrática Española (UDE) formará parte de la alianza de grupos derechistas que quedó definitivamente perfilada la noche del miércoles, al mismo tiempo que la ejecutiva de UDE desaprobaba la actitud de su líder, produciendo una escisión que parece definitiva y que viene a consolidar la posición en el gabinete del ministro de la Presidencia, señor Osorio.

La mal llamada quíntuple alianza, puesto que la integran, por el momento, los señores Fraga, Silva, Martínez Esteruelas, López Rodó, Thomas de Carranza, Licinio de la Fuente y Fernández de la Mora hará público un manifiesto la próxima semana que, según parece, está definitivamente ultimado. En este sentido, se supone que el Rey ha podido ser informado ampliamente de los propósitos de la alianza por los señores Fernández de la Mora, y Fraga, a los que recibió el martes y el miércoles respectivamente.Tras la oposición de la ejecutiva de UDE para que su partido se integrase en la alianza, se sabe que el señor Silva ha tomado la decisión de permanecer en ella, con lo que se provoca una escisión en la UDE cuyas proporciones numéricas es difícil calcular por el momento.

Pero, junto a las vicisitudes internas de Unión Democrática Española, ayer se ponía de relieve en círculos políticos las repercusiones de esta situación en el actual gabinete Suárez. Según todos los indicios, la postura anticoalición ha estado fomentada por el ministro de la presidencia Alfonso Osorio que pasaría -de hecho- a encabezar la facción separada del señor Silva y vería fortalecida, de esta forma, su posición en el equipo gubernamental.

En efecto, fuentes de toda solvencia dan por cierta, pese a todos los desmentidos en contrario, una crisis gubernamental, de cortas proporciones en cuanto al número de carteras afectadas -tres o cuatro-, que podría producirse a plazo muy corto -diez o quince días- y que podría haber afectado al señor Osorio. Su liderazgo moral sobre la facción pura de UDE, junto a nombres como los de Monreal Luque o Jiménez Mellado, conceden al actual ministro de la Presidencia un importante campo de maniobra, a la hora de crear una coalición gubernamental, de cara a las elecciones anunciadas, que se situaría entre la derecha de la alianza y las formaciones de la oposición que puedan acudir a la convocatoria electoral.

Respecto al posible reajuste gubernamental se insiste en dos aspectos: la oposición radical que mantuvo el ministro de Industria al proyecto de medidas económicas que se han venido elaborando y hoy serán aprobadas en Consejo de Ministros tras prevalecer las tesis del señor Pérez de Bricio y las disensiones, al parecer crecientes, entre el presidente del Gobierno y el ministro de la Gobernación, señor Martín Villa. De otro lado se subraya la debilidad de las posiciones de los ministros de Relaciones Sindicales e Información y Turismo.

Se sabe también -pese a las peticiones públicas de la extrema derecha y de algunos rumores lanzados desde posiciones próximas- que el señor Suárez goza, por el momento, de un margen de confianza suficiente.

En otro orden de cosas se presta atención a la postura del ministro del Ejército, tras la situación planteada por el anuncio gubernamental del pase a la reserva de los tenientes generales De Santiago e Iniesta.

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