Kissinger, protagonista oculto del segundo careo Ford-Carter

El presidente Ford no podrá hacer otra cosa en el debate televisado, que aún no se inició en el momento de transmitir esta crónica, más que defender la política internacional dirigida por un secretario de Estado que heredó de Richard Nixon, pero al que confirmó en su puesto.Jimmy Carter, quien presumiblemente. dedicará gran parte de sus argumentaciones a atacar a Kissinger, cuenta con el asesoramiento del hijo de un diplomático polaco, actualmente profesor en la Universidad de Columbia, del que se habla como seguro secretario de Estado en caso de que Carter gane las elecciones del 2 de noviembre. Recientemente, el candidato demócrata anunció que reservaba un alto puesto en su administración el señor Brzezinski, pero sin especificar cuál.

Brzezinski es la clave

Un equipo de expertos en política exterior redactó, bajo la dirección de Brzezinski, un libro de trabajo para Jimmy Carter, que éste estudió antes de que comenzara el debate. Además, el señor Brzezinski se trasladó a San Francisco y asesoró al candidato demócrata durante las horas anteriores a su enfrentamiento televisado con el presidente Ford. Kissinger, por su parte, había tratado temas de política exterior con el presidente durante el pasado fin de semana, aunque no viajó a la costa oeste con el candidato republicano.Brzezinski, al que algunos llaman el innombrable por lo complicado de su apellido, parece defender posturas más liberales que las del actual secretario de Estado. En recientes artículos y declaraciones, el asesor de Carter ha criticado la escasa atención de Estados Unidos hacia el Tercer Mundo y la poca importancia que la Administración Ford atribuye al respeto de los derechos humanos en países que se benefician de la ayuda exterior norteamericana. Sin embargo, parece defender una línea de mayor dureza respecto a la Unión Soviética, a la que seguramente no son ajenos su nacimiento en Varsovia y su matrimonio con una sobrina del presidente checoslovaco.

Moscú, preocupado

El posible nuevo secretario de Estado defiende la formación de un bloque occidental, que incluirá a los Estados Unidos y Canadá de un lado, a Europa occidental de otro y a Japón en tercer lugar, que podría desarrollar una cooperación económica y política que tendría como objetivo primordial la ayuda a los países subdesarrollados, a la vez que hacer frente al bloque soviético. Ayer, en una entrevista con el diario New York Times, Brzezinski negó que se opusira a la distensión con la Unión Soviética, pero se sabe que en Moscú existe preocupación respecto a una posible victoria de Carter y a la repercusión que podría tener, Brzezinski por medio, en la política de detente.Momentos antes de iniciarse el segundo debate televisado, se comentaba en Washington la posible utilización por parte de Carter de las recientemente reveladas declaraciones de Earl Butz, dimitido secretario de Agricultura, que fueron ofensivas para los negros. Asesorado por Brzezinski y otros consejeros, se rumoreaba, el candidato demócrata podría sacar un tema de política interior en un debate sobre política exterior y defensa, mediante el retorcido argumento de preguntar a Ford por las reacciones que habían tenido en el Africa Negra las palabras de su malhablado secretario de Agricultura.

El Mayagüez

Otro tema que presumiblemente sacará Carter a relucir en el debate será un reciente informe del Congreso en el que se criticaba la acción militar, ordenada por Ford, que liberó al barco Mayagüez de aguas camboyanas y que costó más de cuarenta vidas. El Congreso asegura que tal acción de fuerza fue innecesaria, pues el Gobierno de Camboya iba a devolver los rehenes norteamericanos. Carter acusa al presidente Ford de intentar ocultar su falta de liderazgo con una presunta firmeza.Con la esperanza de evitar el aburrimiento que embargó a casi cien millones de norteamericanos durante la celebración del primer debate televisado, los periodistas encargados de hacerlas preguntas a los candidatos fueron instados a no insistir sobre el mismo tema y a que procuraran tocar el máximo de asuntos posibles, para hacer el debate más ágil. Por otra parte los dos oponentes han sido asesorados por técnicos y han visto en video- tape su comportamiento durante el anterior debate, por lo que se esperan notables innovaciones en la actitud de ambos.

Casi seiscientas personas asistieron al segundo debate, que se celebró en el palacio de Bellas Artes, de San Francisco, un viejo edificio de estilo neoclásico, y que finalizó a las cuatro de la madrugada hora española, tras ser televisado en directo a todo el país