La viuda de un recluso recurre al Supremo

Ayer se celebró ante la sala segunda del Tribunal Supremo la vista del recurso planteado por la viuda del recluso Antonio Miguens García contra una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que absolvió a funcionarios de la prisión provincial de Carabanchel como presuntes autores de la muerte del citado recluso por inyectarle una sobredosis de anfetaminas.La sentencia reeurrida pone de manifiesto que el 18 de marzo de 1972 y por orden del Juzgado de Instrucción ingresó en el centro penitenciario de detención de hombres de Carabanchel Antonio Miguens García. Dado que el recluso presentaba síntomas de excitación nerviosa los funcionarios decidieron aislarle llevándole a una celda destinada a personas de este comportamiento. Los funcionarios consideraron coveniente inmovilizarle con un cinturón y muñequeras.

El día en que ingresó estaba de servicio como ayudante técnico sanitario Ramón Melquiades, quien reconoció al señor Miguens García y comprobó que las pulsaciones, la tensión arterial, la temperatura y el aspecto de las pupilas eran normales. Al cesar su servicio el señor Melquiades indicó a uno de los reclusos ayudante de los practicantes, Octavio Sánchez Girón, que si aumentaban las alteraciones del enfermo podía inyectarle un calmante y luego un tónico cardio-respiratorio. El recluso Sánchez Girón inyectó los medicamentos al enfermo siguiendo las instrucciones del sanitario. Los inyectables calmaron al enfermo pero a las seis de la tarde del día siguiente el señor Miguens García falleció como consecuencia de haber tomado una alta dosis de anfetaminas.

La sentencia dice que es seguro que esta dosis de anfetaminas no le fue administrada en la prisión, ya que en el botiquín no exista esta sustancia y por tanto en la muerte del señor Miguens no influyeron los inyectables practicados en prisión. En base a estos hechos la Audiencia Provincial consideró inocentes a los procesados. La viuda recurrió al Supremo y ahora el recurso ha quedado visto para sentencia.