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Se pide al Gobierno que las próximas elecciones sean reguladas por las actuales Cortes

Los hombres del Movimiento no confían en el Gobierno para la regulación de las primeras elecciones a Cortes. Así se deduce del acuerdo adoptado ayer por la Sección Primera del Consejo Nacional, que informa el proyecto de ley de reforma política, por el que se estima que tales elecciones deben regularse mediante una ley aprobada por las actuales y a extinguir Cortes españolas. Con ello, el informe no vinculante del Consejo Nacional sugiere al Gobierno qué modifique la disposición transitoria primera de su proyecto de reforma política, en la que se dice que el Gobierno regulará las primeras elecciones aCortes.

La deliberación, relativamente pacífica, que durante los dos días anteriores había realizado la Sección Primera del Consejo Nacional sobre el informe elaborado por la ponencia, llegó a su momento culminante cuando ayer se aludió al tema electoral, a las normas para la regulación de las próximas elecciones.Fernández Sordo pidió que la ley electoral fuera aprobada por las Cortes antes incluso de la de reforma política, ya que ésta sin aquélla no tendría eficacia. En esta línea, entre otros, se situaron -aunque con variantes sobre cuál ley debería ser prioritaria- Pedrosa, Martinez Esteruelas, Mónica Plaza, Felipe Solís, Ruiz Jarabo, García Ramal, Pilar Primo de Rivera y, con especial énfasis, Laureano López Rodó.

La ponencia, y con especial tacto y habilidad Eduardo Navarro, intentó quitarle dramatismo al tema. Primero propuso que esta cuestión se dejara para el final. Los consejeros nacionales insistieron en que debía decidirse ahora. El presidente de la Sección, Jesús Fueyo, participó de este último criterio.

Algunos miembros de la Sección se mostraron partidarios de agilizar el informe y no entrar en demasiados detalles. En esta línea se pronunciaron Garicano, Licinio de la Fuente y, aparte de la ponencia, Campano.

El teniente general Campano -que el día anterior y en la mañana de ayer vestía uniforme militar, y por la tarde aparecía de paisano abogó por la brevedad, declarando que el pueblo espera la reforma política. Lo que más urge -dijo- es la aprobación de este informe. No se pronunció este consejero nacional sobre quién tendría que hacer las normas electorales, aunque señaló que la ley electoral habría que relacionarla necesariamente con la de reforma política. Poco después, antes de que se aprobara esta cuestión, el teniente general Campano, abandonó la sesión.

De entre los argumentos en favor de que sean. las Cortes las que , aprueben las normas electorales fue López Rodó. quien más hincapié hizo en que el Consejo Nacional se mostrara contrario a que el, Gobierno elabore tales normas. La materia electoral -dijo- es de la ni estricta competencia de las Cortes.

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Cuando la ponencia aceptó que Ic se dijera en el informe «la materia electoral ha de estar siempre regulada por ley aprobada en Cortes» López Rodó mostró su desconfianza. No quiero -dijo- que la excepción (se refería a las primeras elecciones) confirme la regla. Debe, decirse taxativamente, que ya las primeras elecciones las regularán las Cortes. y

El Consejo Nacional, si el Pleno confirma este acuerdo, emplazará al Gobierno a que lleve la regulación electoral a las Cortes.

La regulación de las próximas elecciones corresponderá aprobar la a las Cortes actuales, si el Gobierno -que tenía previsto regularlas por si mismo- acepta el criterio acordado, ayer por la Sección primera del Consejo Nacional del Movimiento, que hoy conluirá su informe no vinculante sobre la reforma política.

Otra sugerencia imprtante fue la de pedir al Gobierno que el criterio mayoritario inispire tanto las elecciones al Senado como al Congreso. Para, este último, el Gobierno proyectaba Ia representación proporcional.

Durante la mañana, el presidente de la Sección primera obtuvo el único aplauso producido durante los tres días de sesiones. Fue cuando Jesús Fueyo recordó a los consejeros que ayer se cumpliá 40 años de la exaltación de Francisco Franco a la Jefatura del Estado y que su memoria y la de su obra; tan fecunda para el desarrollo institucional de España y para la pacífica convivencia de los españoles, inspirarnos e iluminarlos -dijo- en nuestros debates.

En la sesión matinal se aprobó sugerir mayor precisión legal en torno al concepto entidad territorial, en cuya representación serán elegidos los senadores, así como la diferente duración del mandato de diputados y senadores y la designación del presidente de las Cortes por el procedimiento actual.

Se inició después el estudio de la dinámica de la reforma constitucional, según el texto elaborado por la ponencia.

Al referirse al procedimiento de reforma constitucional -que el proyecto de ley establece que se realice por iniciativa del Gobierno del Congreso de diputados-, se aprobó que corresponda tanto al Gobierno como a las Cortes, reunidas ambas Cámaras, Congreso y Senado, en sesión conjunta. También se sugirió que sea necesario -no potestativo del Rey, como el Gobierno proyecta- el someter a referéndum de la nación las leyes le reforma constitucional, previa aprobación, por las Cortes con el quorum cualificado previsto en lar Leyes Fundamentales.

El proyecto gubernamental alude a cualquier reforma constitucional, y esto motivó la protesta de López Rodó, quien propuso y logró que fuera aceptado, sugerir «que se contemplen los específicos supuestos que han de quedar: excluidos del a reforma constitucional, tales como la forma monárquica del Estado». La ponencia, con el apoyo de Mónica Plaza, añadió entre los temas intocables -como los Principios del Movimiento- la unidad de España y los valores supremos.

Se inició el debate sobre el capítulo relativo a los criterios electorales. La importancia del tema, que es la clave para los próximos comicios, llevó a Fernández Sordo a pedir la aprobación por las Cortes, previamente a lado la. reforma política, de la ley electoral.

La Sección:se, dividió entre quienes apoyaban la pretensión de Férnández Sordo y quienes no fijaban prioridad a la,tr ámitación de una sobre otra ley. Garicáno, por sur parte, estimó gravisima la prelación en favor de la ley electoral, puesto que, según- dijo,- se oponía a que se pueda dilatar más la tramitación de la reforma política. Esta posición la apoyó Licinio de la Fuene Y el teniente general Campano.

El tema se centró en la necesidad de que las normas electorales pasen por las Cortes. Los intentos de la ponencia para suavizar los impetus legislativos de los consejeros no sirvieron. Pedrosa lIegó "la suerte de afirma que, ya que la España depende de las próximas elecciones, las reglas debe hacerlas un organo representativo», que hoy por hoy, a pesar de lo que digan los medios informativos, son este Consejo Nacional y las Cortés.

Hasta el término la sesión se aprobó sugerir la adopción criiterio mayoritario para ambas Cámaras, sustituyendo el proporcional previsto para el Congreso. Ruiz Jarabo invocó las elecciones de la II República, ganadas por las izquierdas con criterio proporcional, en apoyo de la sugerencia citada.

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