En un debate sin vencedor, Ford fue más convincente
El presidente Ford fue el vencedor «a los puntos» del primer debate electoral que, difícultades técnicas por medio, se celebró el jueves por la noche en Filadelfia. Esta es, al menos, la primera impresión que se obtiene de los diversos sondeos de opinión cuyos resultados se hicieron públicos ayer. Sin embargo, los demócratas proclaman la victoria de Jimmy Carter y algunos indican que no hubo realmente vencedor.
Vestidos con traje y camisa azul y corbata roja, los dos aspirantes a la presidencia de los Estados Unidos aparecieron tensos y fríamente corteses ante las cámaras. Tenían prácticamente todas las preguntas previstas y todas las respuestas, con abundancia de datos y cifras preparadas. Pero fue un fallo técnico el que introdujo un elemento imprevisto.Cuando faltaban apenas quince minutos para finalizar el debate, y mientras Jimmy Carter explicaba a los electores sus opiniones sobre las agencias de inteligencia gubernamentales, un fallo en el sistema sonoro dejó a los cien millones de espectadores sin oír la voz de Carter, que continuó hablando durante unos segundos.
Tardaron 27 minutos en reparar la avería, y durante ese tiempo los dos candidatos permanecieron de pie, apoyados en sus pupitres con gesto impasible.
La realización de la retransmisión televisiva fue tan aséptica como obligaban las normas de la Liga Femenina de Votantes, órgano patrocinador de los debates. Ni un solo plano de la audiencia, ni, un solo rumor procedente de esta, y abundancia de primeros planos de los oradores, sobre un fondo azul que resaltaba sus rostros.
Aunque Jimmy Carter, según la opinión más extendida, es más «telegénico» que el presidente, comenzó su intervención muy inseguro, con gestos nerviosos y alteraciones en la voz. Ford, sin embargo, apareció más relajado, hablando con firmeza y más suelto de movimientos. Carter siguió las indicaciones de sus asesores televisivos y no lució en ningún momento su famosa sonrisa, manteniéndose serio, con gesto grave y la mirada fija en la cámara.
Economía
Los temas económicos ocuparon la mayor parte del tiempo de intervención de los dos candidatos, sin que anunciaran nada nuevo a lo ya sabido. Carter acusó a Ford de favorecer a los ciudadanos más ricos con su política fiscal y de ser responsable del alto porcentaje de paro. Por su parte, Ford prometió equilibrar el presupuesto federal en los dos próximos años, dos antes de lo anunciado por Carter, estimular la economía privada y acusó a su adversario de carecer de opciones concretas.Si bien cada candidato zahirió al otro con absoluta cortesía, hubo algún momento en que se produjo una clara tensión como cuando, por ejemplo, Carter dijo que por qué Ford se había mostrado clemente con Nixon y en cambio negaba la amnistía a los desertores de Vietnam. O cuando Ford citó literalmente unas declaraciones de Carter a una agencia de noticias, en las que anunciaba su intención de elevar los impuestos a la clase media.
No hay vencedor
Apenas finalizado el debate, los dos bandos comenzaron a cantar victoria. Ford dijo que estaba «muy satisfecho» del resultado y Carter se manifestó en el mismo sentido, aunque reconoció que había estado «algo nervioso» al comenzar el enfrentamiento.Los dos primeros sondeos, realizados por institutos de estudio de la opinión pública, periódicos, emisoras de radio y agencias de noticias, fueron ambiguos e incluso contradictorios. Para la agencia Associated Press, el debate no tuvo un claro vencedor. Para la United Press, fue Carter quien llevó ventaja. Para el diario Washington Post, en cambio, fue Ford quien obtuvo la victoria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.