Inauguración de la XXXI Asamblea General la ONU
Ayer se inició en Nueva York la XXXI Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en el transcurso de la cual parece improbable que se estudie el tema coreano por petición propia del régimen del norte, que solicitó a sus aliados que retirasen el tema del orden del día.En agosto pasado, Corea del Norte presentó una moción apoyada por los países del este europeo y los no alineados en la que se pedía la retirada de las tropas extranjeras del territorio coreano y se hacía hincapié en la «amenaza de agresión» contra el Estado septentrional a causa del arsenal norteamericano estacionado en el sur.
Al parecer, según informaron fuentes de la ONU, una moción surcoreana, apoyada por los países occidentales, en la que se pedía la retirada del mando de las Naciones Unidas, también podría ser retirada del orden del día.
Las dos mociones, presentadas a mediados de agosto, fueron previas a las consultas de Panmunjón entre miembros de la comisión del armisticio de las que salió una distensión en las relaciones, siempre tirantes, de los dos Estados coreanos.
Por su parte, Andrei Gromiko, ministro de Asuntos Exterioires de la Unión Soviética declaró ayer a su llegada a Nueva York, donde asistió a la inauguración de la Asamblea General, que la distensión era una necesidad, manteniendo el punto de vista que el pasado domingo expuso el secretario general del PCUS, Leónidas Breznev, en Moscú, durante su entrevista con Averell Harriman, asesor demócrata en política exterior.
«La política de aminoramiento de las tensiones ha continuado abriéndose paso en el mundo, pese a la resistencia de ciertos círculos», dijo Gromiko, insistiendo en que en la era actual de los proyectiles nucleares no hay otra alternativa razonable que no sea la coexistencia pacífica.
En relación con la posibilidad de declarar ilegales todos los actos de violencia internacionales, Gromiko se remitió al arbitrio de la ONU, comentando que la presente Asamblea General debe enfocar la solución de las cuestiones «de las que dependen el fortalecimiento de la seguridad de los pueblos (...) Creando una atmósfera en las relaciones interestatales que haga que el recurso a la fuerza o la amenaza sean ilegales».
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