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La polémica nuclear

El debate científico, necesario

El Conflictivo tema de las centrales nucleares sume al ciudadano medio de este país en el desconcierto cuando oye hablar, por un lado de las necesidades energéticas y del futuro de la energía nuclear mientras, por otro, presencia la protesta más o menos generalizada en casos como el de Soria, Vandellós y otros.La clarificación del problema dependerá del nítido conocimiento de los elementos que contribuyen a complicar la situación: problema energético, intereses privados, intereses públicos, conocimientos científicos y técnicos y opinión pública. La situación de las centrales nucleares en España viene definida por una interacción de estos elementos, de forma que resulta a veces imposible separar unos de otros. En la práctica, esto se traduce en que resulta muy difícil discernir cuando la protesta popular está fundamentada en razones serias o científicas o es el simple producto de la demagogia. Por otra parte, resulta también ardua tarea la de separar la consideración que se hace, de las necesidades sociales energéticas y el movimiento más o menos subterráneo de intereses privados.

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¿Cuándo se está oponiendo a la instalación de centrales el bien común y el conocimiento exacto de un mal real o previsible y cuándo se trata sólo de una ciega y casi mágica oposición a lo desconocido? ¿Cómo saber, en el otro extremo de la blanza, cuándo se propugna con la creación de centrales nucleares solucionar el problema energético del futuro inmediato o cuándo se está, sencillamente, defendiendo el interés del constructor?

Parece evidente que sólo hay modo de responder al problema: información pública, datos, científicos y técnicos rigurosos. elaborados por científicos independientes que faciliten a la opinión pública la toma de decisiones, correctas.

Esta toma de decisiones sobre las centrales nucleares, en general, y sobre cada una de ellas, en particular, sólo podrá ser adecuada cuando se realice con los datos necesarios. No puede decidir el que no conoce.

Se reclama entonces un debate público realizado en un marco tan lejano del ocultismo o caciquismo .local como de la demagogia, la crítica fácil o el servicio a intereses económicas o políticos más allá de los únicos criterios que deben mandar: la independencia energética nacional.

El debate debe estar facilitada por quienes poseen los datos. Se sabe que la Junta de, Energía Nuclear prepara un Libro Blanco sobre seguridad nuclear que va a verla, luz en el próximo otoño. Es algo que la sociedad española estaba esperando. ¿Pero van a ser los datos facilitados por la JEN todos los datos sobre la materia? ¿Están realizados por ingenieros, físicos y técnicos desde una posición independiente necesaria en toda produccíón científica?

No hay por qué dudar de la veracidad de la información que va a facilitar la JEN, pero su aportación sería especialmente valiosa si otras entidades, personas, universidades o grupos, conocedores del tema. aportasen también sus estudios e informes. Ese es el único camino para poder llevar a cabo un gran debate nacional riguroso y científico sobre la cuestión. La Administración tiene también un gran papel que desempeñar informando cumplidamente de los datos que posee sobre el tema nuclear y sobre todo de los mecanismos legales que se siguen en la creación de centrales, no tanto en sus líneas generales -eso ya se ha hecho- sino en la praxis concreta de las centrales nucleares autorizadas en este país.

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