La polémica, arma electoral de la oposición federal alemana
Mientras el candidato cristianodemócrata a la Cancillería, Helmut Kohl, acusa al canciller Schmidt de «vandalismo verbal y retórico», los socialdemócratas intentan recuperar a marchas forzadas el terreno que, en opinión de la mayoría de los observadores y de los institutos demoscópicos, han perdido en relación con la oposición en el primer tercio de la actual campaña electoral. Conforme se aproxima el día de las elecciones generales, se endurecen los ataques de unos contra otros. El canciller, que, en un principio había intentado mantener una conducta semirreservada, con el objeto de no entrar en el terreno de las acusaciones personales, se ha visto obligado a abandonar la defensiva y lanzarse al ataque, papel que sin duda le va mejor y que se ajusta más a su carácter. No obstante, es evidente, que los socialdemócratas no han salido demasiado bien parados de los primeros encuentros dialécticos serios de la presente campaña electoral. La oposición, a falta de argumentos objetivos, ha buscado el terreno polémico, que suele beneficiar a quienes no están en el poder.
El miedo burgués
Mientras que los socialdemócratas y los liberales intentan convencer al electorado de los considerables progresos en el terreno socioeconómico durante el séptimo período legislativo en la República Federal, los cristianodemócratas insisten en el tema de la inseguridad interior y en el fracaso de la ostpolitik. La fórmula mágica de los cristianodemócratas es el peligro comunista, el peligro del socavamiento de las estructuras democráticas de la Alemania Occidental por elementos subversivos comunistas, que no serían otros que algunos grupos enclavados en la Socialdemocracia. Los socialdemócratas se habrían convertido en el medio de transporte de un ideario colectivista destructor de los principios de la libertad individual.Para corroborar esta afirmación, la prensa conservadora de Alemania cita programas del Partido Socialdemócrata que, desvinculado de su contexto, pueden aterrar a los pacíficos burgueses germanos.
Entre tanto, las últimas encuestas señalan una lucha más cerrada entre los dos grandes bloques antagónicos de lo que aventuraban hace 10 ó 12 días. Según los últimos sondeos la Unión Cristianodemócrata (CDU), cuenta incluso con reales posibilidades de ganar las elecciones. Algún instituto de la opinión aventura hasta el pronóstico de una victoria considerable del partido de Helmut Kohl.
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