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Julio Iglesias

protagonizó una proeza aérea para actuar, como estaba programado, en Santo Domingo. Julio Iglesias debía llegar a las cinco y media de la tarde pero la línea aérea venezolana no pudo llegar hasta las once de la noche, hora en la que el hotel estaba completamente lleno en espera del cantante. Los ejecutivos del hotel le hicieron ir desde Caracas a San Juan de Puerto Rico y de allí, también vía aérea, a Santo Domingo, en cuyo aeropuerto era esperado, y en un trailer acondicionado el cantante pudo arreglarse y, sin previo ensayo con la orquesta, presentarse ante el público que ya había ocupado todas las plazas.

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