Los nacionalistas croatas intentan presionar al Gobierno francés
A las siete de la tarde de ayer, un Boeing de la compañía TWA, secuestrado durante la noche del viernes al sábado en los Estados Unidos por seis nacionalistas croatas, aterrizó en el aeropuerto Charles de Gaulle, de París. A media noche, aún no se había producido el desenlace de este grave suceso, que recuerda, en parte, el llevado a cabo en España en 1972 por otro grupo croata.Poco antes de aterrizar en París, el avión sobrevoló la avenida de los Campos Elíseos y otros barrios de la ciudad, sembrándolos de octavillas en las que se aludía a la independencia de Croacia.
El primer ministro, Raymond Barre, supervisó desde el primer momento las operaciones, que en el aeropuerto dirigió el prefecto de policía de la región parisina. La llamada Brigada Anti Gang y la Brigada de Intervención Especial, ambas entrenadas para hacer frente a este tipo de situaciones, se apostaron en los lugares estratégicos del aeropuerto.
A las diez de la noche, los nacionalistas croatas anunciaron que darían a conocer un mensaje con las condiciones que exigirían para liberar a los rehenes. Una hora después. todo seguía igual.
Antes de dirigirse a París, los nacionalistas croatas dejaron en libertad a otros 33 pasajeros en el aeropuerto de Gander, en Terranova, frente a Canadá.
Según noticias que llegaron a los periodistas, aislados a gran distancia de la pista en la que se encuentra el Boeing, los secuestradores exigieron hablar directamente con el premier francés. Pocos minutos antes de las 23 horas, las autoridades francesas hicieron saber que el aparato «no despegarla del aeropuerto». Tanto Giscard d'Estaing como el presidente Ford siguen de cerca el asunto. Durante la tarde de ayer, algunos helicópteros dejaron caer también octavillas en Nueva York y en otras ciudades norteamericanas.
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