El Colegio de Aparejadores rechaza la demolición del Viaducto
La reaparición del revestimiento externo del Viaducto de Madrid y, en todo caso, la convocatoria municipal de un concurso colector de todas las iniciativas sobre el tema, son dos de las conclusiones más importantes a las que ha llegado una comisión del Colegió Oficial de Aparejadores en torno a la polémica de la controvertida vía madrileña. Su dictamen fue elaborado en base de análisis -efectuados hace tres años por encargo del Ayuntamiento,- que preveían el remozamiento del Viaducto pero que fueron desestimados.
Una comisión de control tecnológico y cualitativo del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid, se pronunció ayer a favor de la reparación del Viaducto madrileño, frente otras opciones que postulan su demolición. Asimismo, gran parte de los miembros de la comisión se mostró partidaria de la convocatoria de dos tipos de concursos proyecto, uno relativo al remozamiento del tablero exterior y el otro alusivo a la sustitución completa de la mencionada edificación. A esta conclusión se llegó tras dos horas de rueda de prensa con distintos medios informativos, a lo largo de las cuales se barajaron los datos empleados por la comisión para dictaminar sobre este caso.Según se puso de relieve, en 1973 el Ayuntamiento de Madrid en cargó a Florencio del Pozo, un técnico experto en este tipo de construcciones viarias, la elaboración de un informe sobre el estado de¡ Viaducto, y las conclusiones que entonces extrajo se inclinaban por la reparación, al tiempo que apuntaba gran parte de los problemas que dañaban al Viaducto y hoy afectan de modo irreversible a su revestimiento exterior. El concejal presidente de la Comisión de Obras del Ayuntamiento, González Velayos, tras afirmar que la persona más indicada para ofrecer durante la rueda de. prensa la versión del Concejo madrileño era el Delegado de Obras, indicó que desconocía totalmente el encargo del Ayuntamiento de Madrid del dictamen del señor Del Pozo.
Posteriormente, varios miembros de la comisión de control aludieron a los costos que arrastrarían las dos alternativas que cabe seguir ante el tema del remozamiento o la demolición del Viaducto, para concluir con la afirmación de que la reparación del tablero, además de permitir el tráfico por una de las dos vías del paso -factor ahorrativo para los usuarios, en tiempo- comportaría además un índice menor en los plazos de ejecución, fijados en unos seis meses, y menores molestias. También se subrayó el hecho de que la reparación del Viaducto implicaría menos gastos para los contribuyentes madríleños, al tiempo que la armonía urbana y la perpetuación de la arquitectura racionalista quedarían garantizadas. Algunos comisionados, como los señores Calavera y De la Pedraja, indicaron también que la vida del Viaducto, reparado, sería prácticamente igual a la de otro nuevo, si se decidiese construirlo. En cuanto a los datos económicos, si bien se puso de relieve el mayor nivel de ahorro de la reparación, no pudo llegarse a cifras exactas, por conjugarse ante este tema cúmulo de variables muy extenso.
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