Edward Kennedy, los sindicatos y el liberalismo demócrata apoyan a Carter
El candidato demócrata a la presidencia, Jimmy Carter, recibió ayer oficialmente el apoyo del senador Edward Kennedy y de la poderosa central sindical AFL-CIO. Kennedy, el último superviviente del clan familiar, anunció su decisión en Washington, tras una entrevista de media hora con Carter.El senador Edward Kennedy es una de las figuras más destacadas del ala liberal del Partido Demócrata, y sus relaciones con Carter se habían calificado como «frías» en los medios periodísticos norteamericanos, que resaltaron, por ejemplo, la ausencia de Kennedy en la tribuna de oradores del Madison Square Garden, cuando la convención nacional del Partido Demócrata nombró a Carter candidato a la presidencia, el pasado 15 de julio. Hasta ahora, Kennedy había apoyado la decisión de su partido, pero sin hacer ninguna declaración tácita a favor de Jimmy Carter.
Ayer, sin embargo, el senador Kennedy manifestó a los periodistas que comenzaría a trabajar en la campaña electoral de Carter dentro de dos semanas, y que creía que había llegado el momento de terminar con la oposición entre el Congreso, de mayoría demócrata, y la administración, lo que sólo podrá lograrse si Carter y Mondale ganan las elecciones de noviembre.
Carter se entrevistó con Kennedy en la capital federal, con ocasión de la visita del primero a Washington para intervenir en la reunión del Consejo general de la AFL- CIO. Esta central sindical, la más poderosa de los Estados Unidos, anunció que respaldaba al «Tiket» demócrata el pasado 20 de julio.
El presidente de la AFL-CIO, George Meany pronunció un agresivo discurso en el que atacó a la administración republicana de estos últimos ocho años, calificándola de «ruinosa», y afirmó que la única forma de detener la inflación y acabar con la recesión económica era que Jimmy Carter fuese investido presidente de los Estados Unidos el próximo 20 de enero.
Meany se refirió a la corrupción de la administración republicana y recordó que un vicepresidente de la nación (Spiro Agnew) había sido obligado a dimitir por cometer actos criminales, incluida la evasión de impuestos, que un presidente republicano (Richard Nixon) fue obligado a dimitir ante la posibilidad de un «impeachment» por cometer actos delictivos, y que luego fue perdonado y puesto a salvo de la acción de la justicia por el hombre que fue su sucesor en la presidencia. El líder sindical se refirió también a los escándalos descubiertos bajo las administraciones Nixon-Ford, protagonizados por grandes corporaciones que sobornaron a políticos en el extranjero. y a los republicanos de haber llevado al país a la bancarrota económica, con 20 millones de parados, un 64 por 100 de aumento de los precios y un déficit presupuestario mayor que el existente en los veinticinco años anteriores a la llegada de Nixon a la Casa Blanca.
Carter dijo en su discurso que el nivel de desempleo actual (el 7,8 por 100) era el más alto del país desde los años de la gran depresión, y que el 6 por 100 de tasa de inflación actual era más alta que la existente bajo las administraciones de Eisenhower, Kennedy o Johnson. «Tenemos un Gobierno incapaz, débil, temeroso ante el futuro. Una administración que utiliza el mal del desempleo para combatir el mal de la inflación, con lo que ha logrado conseguir la más alta combinación de desempleo e inflación del siglo XX», dijo el candidato demócrata.
Tras señalar que si era elegido en noviembre, concentraría sus esfuerzos en luchar contra el paro y «poner al país a trabajar», sin que ello acelerara la inflación, Jimmy Carter, anunció una vigorosa política antitruts, la estabilización de los precios de los alimentos y la creación de puestos de trabajo en el sector público para aquellos que no encuentren trabajo en el sector privado,
Con este discurso y el apoyo de la central sindical, Carter inicia sus ataques contra la política económica de Ford, que ha sido presentada corno uno de los mayores logros del actual presidente por los estrategas republicanos. De hecho, la administración Ford logró reducir a la temas de los debates.
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