La misa integrista de Lille, un mitin político
«De la unión adúltera entre la iglesia y la revolución no pueden llegar más que bastardos. Esta unión se concreta en un diálogo, de igual a igual, entre la verdad y la mentira. No se puede dialogar con los protestantes. No se puede dialogar con los francmasones, ni con los comunistas, porque no se dialoga con el diablo.» Son palabras de la homilía, de 45 minutos, pronunciada anteayer, domingo, en la misa integrista de Lille, ante 6.000 personas, por monseñor Lefèbvre, que subrayó igualmente: «No somos nosotros quienes hemos entrado en el cisma, sino la Iglesia conciliar». Abordó también la reciente crisis política francesa, para afirmar que el cambio de Gobierno no resolverá nada. ¿Solución, para estos y para todos los problemas planteados por el Vaticano II?; «El reinado de nuestro Señor Jesucristo» ¿Ejemplo a seguir? En el plano espiritual, la misa de San Pío V, «que es una misa jerárquica y no democrática e híbrida, como la de Pablo VI». Y en el orden material: el ejemplo dado por Argentina, «que hace tres meses sólo era una anarquía, una revolución Inverosímil..., pero, ahora, con un Gobierno de principios, de orden y autoritario, la economía, el orden y el trabajo, han vuelto»... Las dudas, después de este «mitin político-religioso », quedaron disipadas para quienes titubeaban, aún, sobre el carácter «oscurantista, mixtificador, digno de la Edad Media», de la trayectoria seguida por el antiguo arzobispo de Dakar (Senegal), en donde ya favoreció la implantación del movimiento de derechas La ciudad católica.A raíz de estos enfrentamientos, ¿llegará Roma hasta el cisma, con la excomunión por medio? La pregunta se planteaba ayer, en los medios católicos, a la vista del «potencial» que sigue a monseñor Lefèbvre, integrado por católicos que «viven» tranquilamente en el «paraíso mítico» del concilio de Trento.
La reacción del Vaticano a este nuevo y grave desafío no ha sido explícita. Unicamente el órgano oficial de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, aludía ayer al caso, pero de una manera indirecta. El rotativo vaticano publicó, como documentación, el artículo que escribió el 26 de agosto en el diario La Croix, monseñor Aime, Georges Martimort sobre la «autenticidad» de la misa de Pio V, sobre el comportamiento «pasivo» del monseñor Lefébvre durante el Concilio Vaticano II. El periódico romano destacó en primera plana la alocución pronunciada el domingo por Pablo VI y las manifestaciones de solidaridad con el Papa y de fidelidad a la iglesia del Concilio Vaticano II.
En ambientes vaticanos, sin embargo, según ha podido recoger el corresponsal de EL PAIS en Roma, José Luis Gotor, corre la voz de que un último intento de mediaciones lo está efectuando e profesor de Derecho Eclesiástico de la Universidad Católica Gabriel Molteni, Mastai Ferretti.
Lo que sí es cierto es que en ambientes de la curia romana si hace notar que el asunto de obispo rebelde ha afectado íntimamente a Pablo VI, hasta el punto de notársele el esfuerzo de reducir su intervención al mínimo.
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