La sierra pobre
Iba yo a comprar el pan y me encontré a la gauche divine. Toda la gauche divine: marxistófilos, pornocruditos, travestís, poetas venecianos, cómicos y cómicas, proxenetas, premios de la Crítica, narcómanos y maoístas. Están desolados:-Les han negado el pasaporte a Carrillo, Dolores y Líster.
-Bueno, es que si Líster y Carrillo coinciden en el drugstore de Velázquez, puede mascarse la tragedia. Se llevan fatal.
-Será por eso. Pero tenemos que hacer algo.
Por la otra acera iba Juan Diego con su cazadora negra.
-Podíamos llamar a Juan Diego -digo-, que siempre se le ocurre algo.
-Imposible. Está ensayando Los cuernos de don Friolera.
-En su defecto, podríamos llamar a Concha Velasco.
-Imposible. Está teniendo un niño.
Bueno, el paso adelante y los dos pasos atrás, como siempre. Deniegan tres pasaportes clave y autorizan la obra de Valle, que llevaba cuarenta años prohibida. Les digo a los de la gauche divine que se vengan conmigo a La Coruña, a la semana del humor negro. Dicen que se han quitado de lo negro. Ahora fuman rubio. Les digo que se vengan conmigo y con Berlanga a Benidorm, al Certamen del Diseño.
-Benidorm es una horterada que se inventó don Pedro Zaragoza para que veranease el nacionalverticalismo en camiseta.
-Pues sólo nos queda la sierra pobre.
No saben lo que es eso. Pero el presidente de la Diputación ha estado el otro día en la sierra pobre, o sea Horcajo, Mudarcos, Piñuécar y todos esos pueblos serranos adonde no ha llegado el veraneante madrileño ni la justicia social del Régimen.
Yo frecuento bastante la otra sierra, que no es que sea rica, pero está como más colonizada. Aleixandre hace versos en Miraflores, entre requesones y águilas con pico de hierro, como diría él. López Rubio hace comedias en El Escorial. En Galapagar está enterrado Benavente. En Navacerrada bruñe su prosa mi querido Carlos Luis Alvarez. Hay una sierra rica o culta que es adonde todos vamos con el ligue.
Pero uno, fino captador de «las palpitaciones de los tiempos», como diría aquel brillante reaccionario llamado Eugenio d'Ors, observa un progresivo e inevitable repliegue de la oposición madrileña hacia la sierra. Joaquín Garrigues Walker ha llevado ya a las huestes progresistas hasta Aravaca. Hale, un empujón más y estamos en la sierra pobre.
Girón
Porque Girón y doce de los suyos hablaban mucho de echarse al monte, pero sin duda se referían al otro monte, a la otra sierra, al Alto de los Leones, a Casa Mariano, que coge de camino, a la sierra rica. Tal como se están poniendo las cosas, a la oposición tampoco le va a que dar otro recurso que echarse al monte, pero al otro monte, a la sierra pobre. Prádena, Puebla, Horcajuelo, todos esos pueblos dejados de la mano de Dios y del presidente de la Diputación.
¿Por qué no puede ser la sierra pobre nuestra Sierra Leona? Denegados esos pasaportes, ralentizada la amnistía, endeble la alternativa de septiembre, robustecida la reforma gradual del Gobierno, planteado el referéndum como autoconfirmación y vuelto Ruiz Gallardón a las columnas de ABC, yo creo que a la oposición sólo le queda la sierra pobre. Aquí, en Madrid, ya no tenemos nada que hacer.
Pero la gauche divine es baudeleriana y ha heredado el mito de la gran ciudad. Me dan la espalda y se van todos a hacer un happening al Pequeño Teatro, que aunque ya no tiene local, sigue teniendo.más moral que el Alcoyano en Alcoy, a juzgar por las cartas y circulares que me mandan. Así que ya lo sabe la llamada oposición convencional: perdido Madrid, nos quedan los pueblos de Montejo, La Hiruela, La Puebla, Robledillo, Prádena, toda la llamada sierra pobre. Pero hay que darse prisa, no sea que nos la incaute el presidente de la Diputación. Fracasada la guerrilla urbana de los cócteles, en el programa otoñal del Gobierno, publicado en exclusiva por Paris-Match, no hay sitio para ustedes. Dice que Gil-Robles y Ruiz-Giménez ya se han comprado en la boutique vaquera un traje de camouflage. La guerra ha comenzado.
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