_
_
_
_
_

Urquijo, Miura y Torrestrella, premiados en Bilbao

Feria importante y positiva la de Bilbao, que acaba de terminar, en la que el toro ha sido la medida de los comportamientos toreros.A modo de resumen, ésta es la reseña de los protagonistas que pasaron la prueba:

Los premios.- En la corrida-concurso inicial, el jurado falló por unanimidad dejar desierto el premio al mejor lidiador de la corrida, por unanimidad también premió a Ladislao Rubio como mejor picador, y por mayoría concedió a Alicantino, de Torrestrella, el galardón al toro más bravo.

La Junta administrativa de la plaza de toros acordó unánimemente conceder el premio a la corrida más completa a los miuras que cerraron el ciclo.

Finalmente, el premio del Club Cocherito al toro más bravo de los lidiados en estas corridas generales, ha recaído en Lobillo, número 52, negro, bragado y meano, de 545 kilos, perteneciente a la ganadería de Carlos Urquijo, lidiado en tercer lugar en la séptima de abono por Paco Alcalde.

Los toros.- Presentación irreprochable, dentro de una escrupulosa selección de divisas. El mejor juego de conjunto lo ofrecieron los buendías, con cuatro toros de clase, seguidos de los victorinos, con tres, y los urquijos, con dos. Gran espectáculo el de la fiera mansedumbre de los miuras. La peor corrida, la del marqués de Domecq. Por separado, cinco toros notables: segundo y sexto de Buendía, tercero y quinto de Victorino Martín, sexto de Torrestrella y uno superior, el tercero de Urquijo, de nombre Lobillo.

Los toreros.- El gran triunfador ha sido José María Manzanares, con una faena escultórica, inolvidable, a Abejorro, de Buendía, y otra, si no tan perfecta, francamente bella, a Revestido, del marqués de Domecq. Revalorizados han salido de esta feria Ruiz Miguel, Currillo, Manolo Cortés, Roberto Domínguez y Herrerita. Fracaso estrepitoso de Camino, Paquirri, Teruel, Márquez, Niño de la Capea y Paco Alcalde.

La presidencia.- El presidente de las corridas, señor Galán, cumplió bien su cometido, en línea con la tradición de la plaza. Este juicio lo hacemos extensivo a los asesores técnicos y a los veterinarios.

Los incidentes.- Dos y sonados: el caso Palomo y la bochornosa suspensión de la corrida del conde de la Corte.

Palomo llegó a Bilbao de víspera, procedente de Dax. Allí había sufrido una cogida que le lesionó una rodilla. Ante los dolores que aseguraba el diestro, se concertó para las diez de la mañana del día siguiente un reconocimiento médico por el cirujano-jefe del equipo quirúrgico de la plaza bilbaína, doctor Eourio. Llegada la hora convenida, y como quiera que el torero no acudía a la cita, el cirujano telefoneó al hotel donde se hospedaba el espada, contestándosele que Sebastián había salido a las siete de la mañana hacia Madrid. Así y todo no se descartaba la posibilidad de un regreso en avión. Pero lo único que vino a Bilbao fue un certificado médico, extendido en Madrid, que justificaba la imposibilidad de actuación del torero de los Lozano.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_