Los vecinos de Palomeras Bajas piden la paralización del Plan de San Diego

Entre las numerosas peticiones realizadas, por una comisión de doce vecinos de Palomeras, al subsecretario de la Vivienda el pasado día 23 de julio, el presidente de la Asociación de Vecinos de Palomeras Bajas, solicitó un plazo de estudio del Plan Parcial de San Diego, que afectará a la zona desde su próxima aprobación el próximo día 1 de septiembre. Este Plan según los vecinos, debe quedar anulado ya que «facilita el proceso especulativo de la zona y expulsa a todos los que hemos hecho el barrio».

Ante el anuncio hecho público por el subsecretario de la Vivienda, de la futura aparición del Plan de San Diego en el Boletín Oficial de la Provincia, en la citada fecha, el presidente de la Asociación de Vecinos solicitó la posibilidad de que durante el mes de agosto se pudieran realizar las rectificaciones que, a juicio de los vecinos, fueran necesarias. Sin embargo, estudiado de nuevo el Plan detenidamente, la Asociación de Vecinos redactó un informe en el que se hacía constar la necesidad de una completa anulación del actual Plan Parcial del polígono de San Diego, ya que «como está concebido no considera los intereses de los vecinos».Al margen de esta necesidad, el presidente de la Asociación, Gabriel Fernández, manifestó a EL PAIS su queja ante «la extraña toma de medidas por parte de la Administración cuando la mayoría de los afectados están en período de vacaciones». «Este Plan no puede ser modificado ya que nuestra única opción es la de que se suspenda éste y se cree una unión entre técnicos del Ministerio y vecinos para la resolución de los problemas». En el estudio mencionado se exponía la necesidad de que el nuevo Plan urbanístico realojara a la población actual, y se realizara dentro un Plan más amplio de resolución de los problemas basados en una deuda social existente desde hace años.

El problema, según el presidente de la Asociación, surgió en 1968 cuando quisieron expropiar el polígono de San Diego por parte del Instituto Nacional de la Vivienda, actuación a la que se opusieron los vecinos «ya que nosotros teníamos y tenemos derecho a vivir en Vallecas». Según el escrito realizado durante el pasado mes y presentado en la subsecretaría de la Vivienda el día 4, tras esta amenazante expropiación hubo una estrecha colaboración entre la Asociación y el INV, que prometió vivienda en un plazo de 3 ó 4 años para el 90 de los vecinos necesitados. De las 2.700 viviendas necesitadas y prometidas, sólo se dieron 600 con lo que «la frustración y el desengaño de dicho cumplimiento produjo en el barrio una postura desconfiada hacia la Administración».

«El Plan de San Diego, no parte del principio de protección y defensa de los vecinos residentes», los vecinos denunciaban también el Plan de urgencia de acondicionamiento de barriadas ya que éste se viene realizando «hace años en Vallecas pavimentando e instalando agua y alcantarillado en las zonas chabolísticas». Este Plan municipal es según los vecinos, un nuevo punto indicador de «la menor participación del vecindario».

Esta escasa participación exige ser sustituida, finaliza el estudio «por una serie de aspectos que permitan participar y controlar a los vecinos el planeamiento urbanístico».

Estos puntos serían: el reconocimiento de la Asociación de Vecinos de Palomeras Bajas por parte de la Administración, así como la iniciación de conversaciones entre personas designadas por los organismos oficiales, con los vecinos, pero no a nivel particular sino «de una manera conjunta con las restantes asociaciones de vecinos de la zona». Sólo de esa forma, y tras la suspensión del nuevo Plan de San Diego, las distintas Asociaciones de Palomeras y demás afectadas, podrían comenzar la discusión de un único Plan en el que los vecinos tuvieran una justa participación.