Indira Gandhi hace balance del estado de emergencia
La India, una nación de 600 millones de habitantes, celebró el pasado domingo el XXIX aniversario de su independencia de Gran Bretaña, en un clima de tensión, que no se ha despejado desde que hace un año se proclamó un estado de emergencia en todo el país.La primer ministro Indira Gandhi aprovechó el día conmemorativo para dirigirse a toda la nación, a través de la radio, con un discurso de treinta y cinco minutos de duración en el que comentó que la situación de la India «nunca fue tan brillante como ahora».
El pasado año, la celebración del aniversario de independencia ofrecía, desde luego, una atmósfera de mayor tensión que en la actualidad. No sólo porque las nuevas medidas políticas acabaron con la oposición, sino también, y muy especialmente, a causa del golpe de Estado que se produjo en el país vecino de Bangla Desh, que derrocó al jeque Muljibur Rahman e instaló en el Gobierno a un nuevo régimen, hostil a la India.
Los acontecimientos políticos internos del pasado año ofrecieron a la señora Gandhi la posibilidad de controlar con mayor firmeza el poder. La mayor parte de la oposición está enmudecida. Se han restringido las libertades civiles y la Prensa se asemeja a una voz monocorde con los postulados del Gobierno.
Así, la señora Gandhi, sin temor a las críticas, proclamó a los cuatro vientos el pasado domingo «el importante progreso » del país gracias al nuevo programa económico. «La nación camina hacia adelante -comentó la primer rninistro hindú- Desde hacía años un programa económico no había dado tan buenos resultados, aunque no todos los que nos hubiese gustado».
Habló concretamente de los 120 millones de toneladas de trigo que se produjeron en el último año en un tiempo récord.
Refiriéndose a las críticas exteriores, la señora Gandhi dijo: «Sólo tengo una cosa que decir a los que nos critican. Cuanto mayor sean sus críticas y su atención a nuestras debilidades, mayor debe ser nuestra- fuerza y determinación para llevar a cabo nuestro propio destino».
Justificando el estado de emergencia, la primer ministro comentó que la culpa de ello no recae sobre nosotros, sino sobre aquellos grupos o individuos que nunca aceptaron la democracia o el sistema de libertades que tenernos». Asimismo dijo que después de la implantación del estado de emergencia, numerosos detenidos reconocieron que «su agitación violenta» provocó importantes daños en la estructura laboral del país.
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