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Controversia entre los "afrikaanders"

La represión en Sudáfrica: un abismo entre las comunidades

Después de un fin de semana tranquilo, grupos de estudiantes volvieron a reanudar la violencia en Soweto y Alexandra, dos grandes "ciudades satélites» de Johannesburgo.Los jóvenes acudieron en la mañana de ayer a las estaciones de tren para impedir la asistencia de los trabajadores africanos a sus trabajos en Johannesburgo. En Alexandra, que la policía sudafricana rodeó totalmente, unas 30 personas fueron heridas ayer.

Por otra parte, varios estudiantes incendiaron también el edificio principal del parlamento del bantustán de Boputhatswana, en Mafeking. Este bantustán, que es uno de los mayores de los 10 que hay en Sudáfrica, ha optado por seguir el camino hacia la plena indepenciencia. como el territorio autónomo de Transkei, que se convertirá en independiente el próximo 26 de octubre.

Dirigentes africanos y padres de alumnos han criticado la nueva táctica del ministro sudafricano de la policía, James Kruger que quiere «asociarles» en el mantenimiento del orden. La señora Mandela, esposa del dirigente nacionalista encarcelado Nelson Mandela, dijo ayer que si Kruger quiere que haya orden que lo imponga él mismo, y que la única manera de que los africanos se calmen es que se elimine el «apartheid».

Entre la comunidad blanca, sin embargo, se ha abierto un cierto debate y hay quienes sostienen que la represión y el «apartheid» han abierto un foso infraqueable entre las comunidades. De Clerq, redactor jefe de uno de los más importantes diarios «afrikanders» invitaba el sábado a Vorster a «evitar la revolución en Africa del Sur, permitiendo que los africanos que quieran adquirir su casa puedan hacerlo, que no tengan que perder la nacionalidad sudafricana para adquirir la del bantustán, etcétera». Estas sugerencias, por muy limitadas que parezcan, son una verdadera revolución entre los blancos.

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