La plantilla de Confecciones Dresslok intenta salvar la empresa

Desde hace cuatro meses, los trabajadores de Confecciones Dresslok, de Porriño (Pontevedra), abonan los gastos de energía eléctrica y los de mantenimiento de maquinaria y útiles de limpieza de la factoría, que importan en total unas 30.000 pesetas mensuales.Con estos gastos extraordinarios y los turnos de vigilancia, el medio millar de trabajadores, mujeres en su mayoría, pretenden salvar la empresa, como única fórmula para conservar sus puestos de trabajo, amenazados desde hace más de un año cuando empezaron los expedientes de regulación de empleo que desde entonces se vienen prorrogando. En este momento esperan que se les conceda otra prórroga de seis meses.

Según informes elevados al Rey y a diversas autoridades nacionales, Confecciones Dresslok, qué el pasado año presentó suspensión de pagos, tiene deudas que se aproximan a 500 millones de pesetas, figurando entre sus acreedores la Hacienda Pública, con 56 millones, y el Instituto Nacional de Previsión, con 26 millones. No obstante, el personal considera que la industria puede ser salvada, ya que llegó a situarse a la cabeza en su sector, alcanzando un volumen de ventas netas de 524 millones de pesetas en 1974.

Representantes de los trabajadores han iniciado gestiones con Sodiga, primera sociedad de desarrollo industrial de España, para reiniciar las actividades en la factoría.