Unas cien mil personas pueden haber muerto por el terremoto
Fuentes diplomáticas occidentales de Pekín aseguraban ayer que, al menos, han muerto 100.000 personas a causa de los dos movimientos telúricos que sacudieron el pasado miércoles el suelo de la zona sudeste de Pekín.En la capital de la República Popular, de seis millones de habitantes, la vida se hace prácticamente en la calle, donde la gente ha improvisado con toldos sus viviendas. Pero en tales circunstancias la vida en la capital de China tiene una disciplina absoluta y en ningún momento ha surgido el pánico.
Ayer se comentó en todas las aceras y parques de Pekín, donde se desarrolla la vida ciudadana, la carta que el presidente Mao y el Comité Central del Partido Comunista de China han hecho circular para expresar su consternación por la desgracia y, a la vez, animar a la población para iniciar la reconstrucción de los daños producidos por el terremoto.
Los dos hoteles de Pekín reservados para extranjeros fueron evacuados en las últimas horas y se tiene conocimiento de que importantes misiones diplomáticas occidentales, francesas, británicas, alemanas y japonesas, han abandonado la zona de la capital para dirigirse a Hong Kong, Tokio o Changai.
Miembros de la embajada británica declararon que la «situación era muy grave», tras conocerse ciertos informes elaborados por sismólogos chinos, en los cuales se dice que nuevos temblores de tierra pueden producirse en los próximos días.
Con relación a la ciudad industrial de Tangshan, de un millón de habitantes y donde se localizó el epicentro del primer temblor del miércoles, un testigo francés que se encontraba en esa ciudad declaró que ha quedado destruida en «un cien por cien». Las fábricas han quedado destruidas y las líneas férreas de la zona han quedado inutilizables.
El Gobierno de la República Popular rechazó ayer toda ayuda que le, han ofrecido los países extranjeros, según comentó el ministro japonés de Asuntos Exteriores, Kiichi Miyazawa, quien envió un cable a las autoridades de Pekín para ofrecerle toda clase de ayuda que pudieran necesitar. Ayer, los miembros de la CEE, a través del ministro de Asuntos Exteriores alemán federal, Hans Dietrich Genscher, ofrecieron ayuda a China para paliar en lo posible los destrozos provocados por los seísmos. En una carta de Genscher a su colega chino Kua-hua, se le solicitaba un informe sobre los daños para establecer la forma y cuantía de la ayuda.
Por otra parte, la agencia soviética Tass comunicó ayer que el Consejo de Ministros de la URSS envió un telegrama expresando «las sinceras condolencias al pueblo chino».
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