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Un competidor provoca el incendio de un almacén de maderas

Un hombre de edad avanzada, que ha sido identificado por las autoridades como Emilio Ogando Andión, provocó un incendio, durante la madrugada de ayer, que destruyó un almacén de maderas situado en el kilómetro 5,900 de la carretera de Boadilla del Monte. El suceso se produjo sobre las 12.30 horas, y el incendiario no ha podido ser localizado hasta el momento.

Quince coches de los diferentes parques madrileños de bomberos intervinieron en las tareas de extinción, que duraron más de diez horas. A mediodía de ayer todavía quedaban en el lugar del siniestro dos dotaciones de retén, que se empleaban en vigilar la evolución de los rescoldos, que seguían ardiendo en algunos sectores del almacén.Las pérdidas ocasionadas ascienden a 12 millones de pesetas, según estimación oficial.

El Gabinete de Prensa de la Dirección General de Seguridad facilitó a los medios informativos la siguiente nota, en relación con este hecho:

«...Un vecino de las inmediaciones observó a un individuo que rociaba con una lata de gasolina una pila de madera y acto seguido la prendía fuego. Ante esto, dicho vecino tomó una escopeta de caza y salió al encuentro del incendiario para tratar de detenerle.

A pesar de intimidarle con su escopeta y de tirar algunos tiros al aire, el desconocido se dió a la fuga, abandonando, sin embargo, tanto la lata de gasolina, como el vehículo que había utilizado para llegar hasta allí. Este era un Dodge Dart, matrícula M-476528, propiedad de Emilio Ogando Delgado, con domicilio en la calle Hermosilla, 102.

Rápidamente se personó en dicha vivienda la dotación de un coche radio-patrulla para esclarecer los hechos. El propietario del auto manifestó que éste había sido cogido por su padre, Emilio Ogando Andión, sobre las 22 horas, y que aún no había regresado cuando eran las 2.30 horas.

Al requerir las señas personales del mismo se comprobó que coincidían con las del incendiario, confirmando las sospechas de que era el autor del hecho cuando en esos momentos se recibió una llamada telefónica en la vivienda, por parte del padre, diciendo que era el autor.

Aunque se desconocen los motivos que le indujeron a cometer este delito es de destacar que Emilio Ogando es propietario de un almacén de maderas, sito en la carretera de Villaviciosa de Odón, kilómetro 4,800.

Los daños producidos como consecuencia del fuego han sido valorados en unos 12 millones de pesetas, ya que ardió en su totalidad la madera almacenada y los locales de oficinas. El propietario del almacén siniestrado es Jesús Guillén López.

Hasta el momento no ha sido detenido el autor de estos hechos. Instruye diligencias la Guardia Civil de Alcorcón».

En el cuartel de la Benemérita de la citada localidad eludieron facilitar información a un redactor de nuestro periódico, que mantuvo contacto telefónico con el comandante del puesto de Alcorcón.

El PAIS consiguió entrevistar al propietario del almacén siniestrado, en el lugar de los hechos. El señor Guillén López, declaró:

-¡El hecho es inexplicable! No hay ninguna razón, ninguna. No existe causa que nos explique lo que ha pasado. ¡Es inaudito! Manteníamos relaciones comerciales con ese hombre. El era un proveedor nuestro. No un proveedor habitual, pero en alguna ocasión nos ha servido determinados pedidos. Nadie podía imaginar que reaccionara así. Las pérdidas superan con mucho los 12 millones de pesetas. No sólo ha ardido madera. Un sector de las oficinas ha quedado destrozado y también ha quedado calcinada una máquina. Acabábamos de montar este negocio entre mis hermanos y yo. Nuestro almacén llevaba poco tiempo funcionando. Lo inauguramos a primeros de año. Emilio Ogando Andión venía a menudo por aquí. Lo conocíamos todos. No había entre nosotros nada extraño. No existía ningún tipo de pugna.

Al ser interrogado sobre la personalidad del supuesto autor de los hechos, el señor Guillén expresó:

La policía se ha llevado la lata de gasolina y el coche que dejó abandonados. Los ha retirado para buscar huellas. Sólo sabemos que nuestro vigilante lo descubrió y que no quiso disparar sobre él. Abrió fuego, pero disparaba al aire, trataba de ahuyentarlo con la escopeta. El vigilante se portó bien, no quiso matarlo. Cuando Emilio se marchó, según nos han comunicado las autoridades, llamó a su hijo por teléfono y le dijo: «He quemado el almacén de los Guillén». Nadie sabe dónde está.

En el domicilio de los señores Ogando nadie respondió a las llamadas telefónicas que se realizaron desde la redacción de EL PAIS. Personado un redactor en la finca que habita la familia, el portero del inmueble informó de que nadie se hallaba en el interior de la vivienda, aunque, al parecer, el presunto autor del incendio se presentó en la mañana de ayer en su casa, sobre las 10.30, y abandonó minutos después el piso, sin que se haya podido establecer su actual paradero.

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