Pedro Astudillo,
anarquista español, que cumplió a primeros de año una condena de dieciocho meses en la cárcel francesa de Fresnes por intento de robo, sigue en prisión -ilegal, según su abogado- y está en huelga de hambre desde hace tres semanas. El gobierno francés acordó el pasado marzo la extradición del señor Astudillo, reclamado por delito común por las autoridades españolas, pero ni lo pone en libertad ni lo entrega. Los medios de difusión de izquierda del país vecino solicitan para Astudillo el estatuto de refugiado político y se han creado en varias ciudades francesas Comisiones de apoyo en su favor.
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