Grito de los manifestantes: "España, mañana, será republicana"
Unas cuarenta mil personas acudieron en la mañana del pasado domingo a la manifestación organizada por Coordinación Democrática de Andalucia, en pro de la amnistía, en las libertades democráticas y de la calidad de la vida. La manifestación, de una hora escasa de duración, transcurrió sin el más leve incidente, disolviéndose a la altura del punto programado pacíficamente.A las doce de la mañana, desde los jardines del Cristina, partió la manifestación, a cuyo frente y portando una gran pancarta con la palabra amnistía figuraban líderes políticos de las distintas organizaciones encuadradas en Coordinación Democrática, como Felipe González (PSOE), Benítez Rufo y Delicado (PCE), Yécora, del Partido Carlista, y representantes de los sindicatos clandestinos, Comisiones Obreras y otras organizaciones comunistas y socialistas. Igualmente, el líder de Alianza Socialista de Andalucía, no encuadrada en Coordinación Democrática, Alejandro Rojas Marcos, se unió a la cabeza de los manifestantes.
Al llegar la manifestación a la bifurcación de la calle Almirante Lobo con el paseo Colón, un manifestante desde el pretil de una fuente pública y a través de un megáfono solicitó un minuto de silencio como homenaje a la mujer muerta en Santurce. Seguidamente, y a los gritos de Amnistía Libertad y España, mañana será republicana, los manifestantes se dirigieron hacia el puente de Triana, punto señalado para la terminación de la marcha.
A lo largo de todo el trayecto, fuerzas de orden público, equipadas con material antidisturbios, observaban el desarrollo de la manifestación sin que tuvieran que intervenir en ninguna ocasión. Más de cuarenta pancartas eran exhibidas por los manifestantes con leyendas alusivas a la reconciliación, a la amnistía, al paro obrero y a las libertades democráticas. Pancartas, algunas de ellas, llegadas desde los pueblos sevillanos de Morón de la Frontera, Alcalá de Guadaira, Dos Hermanas, Camas, Santiponce y Alcalá del Río, así como de otros pueblos de las provincias vecinas de Huelva y Córdoba. Personas instaladas en los balcones del itinerario aplaudieron a los millares de participantes. Un autobús que transportaba turistas portugueses detuvo su marcha al paso de la manifestación, intercambiándose aplausos y «slogans» entre manifestantes y turistas. Una vez alcanzado el puente de Triana, se disolvió la marcha en perfecto orden.
En una posterior rueda de prensa convocada por los organizadores, éstos mostraron su satisfacción por el carácter pacífico de la marcha al tiempo que declaraban alcanzados todos los objetivos apetecidos por el pronunciamiento ciudadano.
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