La elección del Parlamento Europeo y la situación económica, principales temas

Reunidos al más alto nivel, jefes de Estado o de Gobierno, los responsables de la Europa comunitaria celebrarán el lunes y martes próximos en Bruselas su tradicional Consejo Europeo, con objeto de acelerar los grandes capítulos comunitarios que no encuentran soluciones en los habituales Consejos de Ministros de la CEE.

Se espera, como decisiones oficiales, que los jefes de Estado o de Gobierno aprueben definitivamente el reparto de escaños del futuro Parlamento Europeo (que podría ser de 190 diputados) a elegir por sufragio universal directo en mayo de 1978. Otra de las decisiones será el nombramiento del laborista Roy Jenkins a la cabeza de la comisión de las Comunidades Europeas, en sustitución del gaullista francés, François Xavier Ortoli, que terminará su mandato de presidente de la comisión europea el próximo 31 de diciembre. A pesar de que los componentes del colegio comunitario son, en principio, independientes de toda influencia nacional o política, muchos observadores opinan que habrá un cambio de estilo en la nueva comisión europea que renovará, por lo menos, más de la mitad de sus trece miembros.El Consejo Europeo, bajo la presidencia del primer ministro holandés, el socialista Joop den Uyl, se volcará sobre todo al diálogo, sin resoluciones, sobre problemas de política interna de las Comunidades Europeas y, sobre todo, de relaciones exteriores.

En el primer capítulo, la situación económica y social de los nueve, que sigue condicionada por el dilema inflación-paro, a pesar de la lenta y progresiva rdactivación experimentada en todos los Estados miembros, se llevará la palma de las discusiones. No se excluye que el canciller alemán, Helmut Schmidt, aproveche, una vez más, para exponer ante sus colegas la necesidad de una disciplina económica y monetaria a escala de la CEE para ir eliminando los desequilibrios de desarrollo entre Estados, origen de muchos de los males de la actual fase de integración europea.

En el capítulo político, además de la definición del número de escaños del futuro Parlamento Europeo, se espera un breve diálogo del «Informe Tindemans» sobre la «Unión Europea», que introducirá el propio protagonista, el primer ministro belga Leo Tindemans.

En relaciones exteriores, los nueve mezclarán política y comercio. Deliberarán sobre la necesidad de una coordinación de puntos de vista políticos entre los Estados de la CEE ante la situación política en Africa (Africa del Sur, Rodesia, Namibia), ante la cual la CEE está cogida en dos frentes: por una parte, todos los países mantienen buenas relaciones con los regímenes racistas en el poder y, por otra, la Comunidad cuenta con un acuerdocuadro con 44 países de Africa, Caribe y Pacífico que, además del comercio, le obliga a cierta coherencia política.

Siempre en materia de política exterior, el Consejo Europeo afrontará el delicado capítulo de cuál debería ser la actitud futura de los grandes de la CEE (Gran Bretaña, Francia, Alemania Federal e Italia) ante la eventual continuación de las cumbres de países occidentales, a imagen de la celebrada hace tres semanas en Puerto Rico y en la que participaron Estados Unidos, Canadá, Japón y las cuatro potencias europeas. Aquí pueden nacer serias divergencias, complicadas, además, por el intento velado de Bonn/París y Londres de crear un directorio europeo entre los grandes de la CEE, calificado de «contrario a los principios de los tratados de las Comunidades Europeas» por el propio ministro belga, Leo Tindemans.