La declaración programática y posibles cambios de altos cargos, primera jornada del Gobierno Suárez
Por espacio de tres cuartos de hora permaneció reunido ayer el nuevo Gobierno, preparando -según se cree- la declaración que será efectuada hoy, después del primer Consejo de Ministros del Gabinete Suárez. Los nuevos ministros se incorporaron a sus despachos y comenzaron inmediatamente a tomar contacto con los principales problemas de sus departamentos, e igualmente preparan los posibles cambios de subsecretarios y directores generales.
Los miembros del Gobierno juraron sus cargos al mediodía de ayer, en el palacio de La Zarzuela, en presencia del Rey. Por la tarde, tras la primera toma de contacto en la sede de la Presidencia del Gobierno, visitó la misma el titular de las Cortes y del Consejo del Reino. Estos fueron los rasgos más sobresalientes de la actividad gubernamental -junto con los relevos en cada departamento- en el primer día de trabajo del segundo Gobierno de la Monarquía.Un detalle, sin embargo, no pasó inadvertido a los observadores políticos: a diferencia de ocasiones anteriores, no hubo toma de posesión en la Presidencia. El señor Fraga Iribarne, que iba a pronunciar unas palabras en nombre de los ministros salientes, se quedó sin poder decir que «nuestro compromiso fue de servicio a la nación; con él llegamos a las tareas de Gobierno y ningún otro nos ata al tiempo de abandonarlas», entre otras cosa.
La hora de las despedidas
Rodolfo Martín Villa y Manuel Fraga Iribarne, ministros de la Gobernación entrante y saliente, se reunieron a primera hora de la mañana con alto personal del departamento. Posteriormente, el subsecretario, señor Romay Beccaria, expresó la satisfacción de todos por la labor desarrollada junto al señor Fraga, de quien -dijo- habían podido comprobar su absoluta entrega a la tarea del servicio de España del Rey «hasta los límites de la extenuación», así como su «asombrosa capacidad física e intelectual y una fortaleza férrea, tanto para resistir los embates de la subversión como para defender los necesarios progresos en el ámbito de las libertades públicas y de la participación democrática».
El ministro saliente se despidió de sus colaboradores -quienes le ovacionaron largamente- recordando la frase de Richelieu «no tengo más enemigos que los del Estado». Todos estaban muy emocionados -constatan las agencias informativas-, aunque también ha trascendido «la grata acogida y confianza que merece el nombramiento del nuevo ministro, señor Martín Villa», según Logos.
Despedida de Villar Mir
Por su parte, el titular saliente de la cartera de Hacienda, señor Villar Mir, se despidió de sus colaboradores afirmando que se iba «con la tranquila serenidad del deber cumplido; con la tranquila serenidad del hombre que ha tratado de cumplir en todo momento con su responsabilidad y que ha entendido que su primera tarea era propiciar la justicia social a través de la reforma fiscal». Esta tarea ha quedado plasmada -según las afirmaciones del señor Villar Mir- en los proyectos de ley relativos al impuesto general sobre la renta de las personas físicas y a la disciplina contable y represión del fraude fiscal, así como en el libro blanco que con el título «Sistema tributario español. Criterios para su reforma», fue presentado, precisamente en el último Consejo de Ministros.
Igualmente aseguró que las líneas maestras de la política económica promovida durante los últimos meses han sido: la justicia social a través de la reforma fiscal; el pleno empleo a través del estímulo a la inversión y a la exportación; régimen de economía de mercado en una actitud cada vez más abierta a Europa y al mundo, y desarrollo regional corrector de desequilibrios y desigualdades.
En cuando al señor Solis, ex titular de la cartera de Trabajo, unicamente pidió a sus colaboradores que siguieran contándole como amigo, al propio tiempo que afirmaba haber luchado mucho en el terreno social y sindical y estar dispuesto a continuar haciéndolo.
UDPE: Un solo miembro en el Gobierno
En otro orden de cosas, han proseguido las tomas de posición de los grupos políticos respecto al nuevo Gobierno. Unión del Pueblo Español (UDPE), la asociación que en su día presidió Adolfo Suárez, ha asegurado a EL PAÍS que solamente tiene un miembro en el Gobierno, el señor Abril Martorell (al margen de las vinculaciones del presidente), desmintiendo así que también lo fueran los señores García López y Lladó. En realidad, el primero de ellos es un antiguo seuísta, y el segundo pertenece al grupo parlamentario independiente.
Por otra parte, UDPE ha facilitado una nota en que, tras mencionar la oferta de colaboración realizada hace unos días, comunica -tras conocer la composición del Gobierno- su decisión de mantener una posición política independiente respecto al Gabinete, «en el que quedan excluidos amplísimos sectores de la política nacional».
El presidente de ANEPA, señor Thomas de Carranza, ha deseado aciertos a un Gobierno «de tan modesto espectro representativo y formado por cauces tan poco democráticos, ya que no ha habido consultas prevías». En cuanto a Unión Democrática Española (UDE), difundió ayer una nota manifestando su «honda preocupación» por el momento presente y su propósito de continuar el trabajo en pro de un gran partido de masas demócrata cristiano, «en federación o alianza pactada con los grupos y partidos afines».
Opiniones socialistas
En el campo de la oposición, a las reacciones ya conocidas, se ha sumado la del secretario general del Partido Socialista Popular (PSP), quien ha hecho una declaración en el sentido de que «si este Gobierno gestor concede inmediatamente la amnistía, suspende el referéndum anunciado para octubre por el Gobierno anterior y concede elecciones generales dentro de este año, hará un gran servicio al país. Creo que así será factible una negociación Gobierno-oposición para establecer una verdadera reconciliación y un sistema democrático pluralista».
Por su parte, un portavoz de la Ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español ha afirmado que el Gobierno Suárez está «integrado por hombres que, en su mayoría, están ligados al gran capital. Es un Gobierno de hombres sin relieve. Con ellos, la Monarquía puede zozobrar en un breve plazo de tiempo. El único camino que les queda es aceptar la presencia de la oposición democrática en la vida política del país y derogar todas las leyes represivas que impiden al pueblo español el ejercicio pleno de las libertades democráticas. Para ello, el nuevo Gobierno deberá adoptar las medidas necesarias y urgentes que conduzcan a la apertura de un periodo constituyente».
En otro orden de cosas, el Partido Socialista Democrático Español (PSDE), cuyo secretario general -Antonio Garcia López- ha hecho algunas gestiones durante la crisis de Gobierno en pro de un acercamiento entre el poder y algún sector de la oposición, ha insistido ayer en que se acelere el proceso de restauración de las libertades y que el próximo referéndum sea un plebiscito sobre la reforma democrática de la Constitución.
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