El obispo de Oporto critica al totalitarismo y duda de la reforma agraria
El obispo de Oporto, Antonio Ferreira Gomes, considerado como el más liberal de los prelados portugueses, pronunció el domingo una homilía en la que se manifestó «contra el fascismo, pero también contra todo totalitarismo». Don Antonio Ferreira Gomes, que estuvo diez años exiliado en España durante el régimen de Oliveira Salazar, afirmó también en su homilía que «el problema portugués no es el del fascismo, sino el del totalitarismo, y este problema es tanto más serio cuanto es cierto que el totalitarismo es hoy una atmósfera que se respira sin darnos cuenta, una envoltura universal que amenaza a toda la civilización y a cualquier forma de humanismo personalista».El obispo, que se refirió al régimen salazarista como «un autoritarismo profeso y confeso» habló después de la situación actual indicando que la «liberación contra un régimen represivo llevó a unas vacaciones de legalidad que en muchos casos, y para mentes primarias, se tradujeron en vacaciones de moralidad».
«Realmente estabamos regresando, por medio de un cierto poder popular, no sabemos bien si al neolítico o al paleolítico; toda lucha es justa, y toda la moralidad está en la lucha de clases; la justicia popular significa lo mismo que la violencia sancionada; el mal y la indignidad personal están en no ser bastante revolucionario, es decir, agresivo y amenazador», dijo también en su homilía el obispo de Oporto.
En relación a la reforma agraria, el prelado de Oporto indicó que «no es fácil distinguir en qué medida el trabajador alentejano es autor y beneficiario o víctima de la reforma agraria». Más adelante se refirió al problema de la huelga y afirmó que si antes «era un sacrilegio» hoy parece un sacramento de gracia universal».
El obispo, que declaró haber clamado por el reconocimiento de la huelga cuando ésta era un «delito», indicó que los trabajadores la están deteriorándo como instrumento de justicia social que todavía no encontró sucedáneo y que está definitivamente aceptado en el mundo del trabajo libre y en las sociedades no regresivas».
El obispo se manifestó también en contra de otros «excesos de la revolución portuguesa» y terminó su homilía haciendo votos por la «civilización del amor».
Mientras tanto, han comenzado ya los cortes de energía en todo el país. Los ciudadanos del norte no tuvieron luz ayer durante hora y media por la mañana, y los lisboetas y el sur durante la tarde. Con excepción de algunas actividades como las empresas de transportes y los hospitales, el resto de los quehaceres fueron interrumpidos por falta de energía eléctrica.
El Gobierno ha aconsejado a las grandes empresas, que durante el período en que duren estos cortes empleen a sus trabajadores en otras actividades. No se sabe durante cuanto tiempo continuarán los cortes de fluido y según las autoridades, «las reservas de energía» hacían imprescipdible una medida como ésta. El Gobierno pretende ahorrar energía y por su parte, los portugueses, trabajan una hora y media menos.
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