El viaje de Juan Carlos a Estados Unidos provocó la dimisión del presidente

El Rey de España abre la crisis. Con este título, a toda página, el diario radical independiente La República informa sobre la dimisión de Arias Navarro. La mayor parte de los diarios se han limitado a recoger la información de las agencias como una noticia de alcance, sin comentario alguno. Sólo algún corresponsal fijo desde Madrid, como el de Corriere della Sera y algún comentarista atento y sensible a los problemas ibéricos, como Mario Galetti, de Paese Sera, el filocomunista vespertino de Roma, avanzan hipótesis y comentan la situación política.

«Las dimisiones de Arias tienen algo que ver con el viaje que a primeros de junio efectuó Juan Carlos a Estados Unidos -se pregunta La República-. Es lo que se decía hace unas semanas en Madrid, al saber que los americanos habían aconsejado al Rey deshacerse de un primer ministro demasiado vinculado con el pasado, Pero se trata de hipótesis. Más consistente, por ejemplo, es el hecho de que la Embajada norteamericana en Madrid haya insistido en varias ocasiones en que el Partido Comunista sea mantenido fuera de ley.»

Paolo Bugialli, en Corriere della Sera, todavía el gran diario de la burguesía lombarda, cree que «se trata de un auténtico golpe teatral que se infiere, haciéndola más dramática, en la atormentada vicisitud del pasaje de España desde las autoritarias estructuras franquistas a un régimen aceptablemente democrático».

Ninguna reacción a nivel político, ni oficial ni privado, en un momento en que los líderes, en sesiones de partido que duran mañana y tarde, están tratando de no irse de vacaciones sin un Gobierno estable y sólido, y para ello es preciso hacer mil alquimias refinadas. La gente mientras tanto habla del nuevo escándalo de los temas de exámenes de madurez (COU), que habrían sido soplados antes de tiempo, y que hacen sudar tinta a unos trescientos mil jóvenes.