Jaime Camino,
director de cine (España otra vez; Un invierno en Mallorca), nacido en Barcelona en 1936, ha conseguido, tras un largo tira y afloja con la censura, que su última película -Las largas vacaciones del 36- vaya al Festival de Berlín, que acaba de inaugurarse. Por cierto que a las autoridades cinematográficas españolas ha debido quizá de parecerles que presentarse en la excapital del Reich sólo con la película podía sonar a poco y así, han querido contribuir al mayor esplendor del certamen con el envío de paellas, gazpacho, chorizos de Castilla y sangría, todo ello servido por camareros con sombrero cordobés y pañuelo rojo. Euro-rojo, of course. Y es que hay que ver lo que cuesta acostumbrarse a viajar por ahí sin llevarse la tortilla de patatas.
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