Isabel de Inglaterra,
que obsequió a Giscard, con un perro, cuando el presidente francés visitó oficialmente el Reino Unido, le ha regalado a su hija Ana, casada con el capitán Phillips, un palacete del siglo XVI, rodeado de una inmensa finca. Los súbditos de su Graciosa Majestad, que tanto se preocuparon hace apenas un año, cuando se rumoreó que la familia real estaba al borde de la ruina, murmura ahora a causa de este regalo verdaderamente regio. La princesa Ana, ya no tendrá que pasar las vacaciones en la casa de veraneo de sus padres, como le ocurría hasta ahora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.