Cuatro horas de tensión en el centro comercial de Sevilla
Cuatro horas de tensión y angustia vivió en la mañana de ayer el centro comercial de Sevilla, al detectarse en la cornisa-visera de la fachada principal de Simago, SA, un artefacto conectado a los cables de alta tensión que alimentan de energía al edificio. Avisadas las fuerzas policiales, éstas tomaron las precauciones de rigor acordonando la zona, previo desalojo del público que realizaba sus compras, y cortando el tráfico rodado.El edificio de Simago se encuentra ubicado en la plaza del Duque de la Victoria, a muy pocos metros de los grandes almacenes «El Corte Inglés» y «Lubre», produciéndose la alarma sobre las diez y media de la manana, cuando unos empleados de la firma propietaria del edificio se aprestaban a limpiar y re.parar las siglas luminosas de la firrna comercial que corona el edificio y observaron en la base de la cornisa-visera de la fachada principal una especie de caja unida a tres envoltorios mediante pequenos cables y conectada a los cables de alta tensión que alimenta de energía al edificio. Los empleados se apresuraron a descender y a poner en conocimiento de la dirección del. establecimiento el inquietante hallazgo.
Al ser festividad oficial, los técnicos artificieros del Parque de Artillería no se encontraban de servicio por lo que fue necesario utilizar los conocimientos técnicos de los expertos de la Policía Armada.
Mientras los expertos de la Policía Armada mostraban su impotencia para descifrar el mecanismo y contenido del sospechoso artefacto, fueron. desalojados los vecinos de los edificios colindantes. Sobre las dos y cuarto de la tarde, un jeep trasladó al lugar de los hechos al sargento especialista, Antonio Muñoz, del Parque d e Artíllería divislionaria de Sevilla. El suboficial artificiero, tras examinar la caja y sus anexos, decidió desconectar primero el artefacto de los cables de alta tensión y, posteriormente, derribar el artefacto al suelo mediante la utilización de una cuerda de gran longitud.
Debido a la suspensión de las ventas, la firma Simago cifra las pérdidas en medio millón de pesetas.
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