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Vuelve a hablarse de una intervención francesa en el Líbano

Dramatizada por el asesinato del embajador americano en Beirut, señor Meloy, y de su consejero económico, senor Waring, la primera conversación entre el presidente francés, Giscard d'Estaing, y el sirio, Hafez El Assad, trató del polvorín libanés. El presidente de siria llegó a media tarde de ayer a Francia y, desde el aeropuerto, en donde lo recibió su homólogo galo, se dirigió al hotel Marigny, residencia destinada a los hombres de Estado extranjeros. La crisis del Líbano va a ocupar lo sustancial de sus entrevistas con personalidades francesas durante los tres días de visita oficial.El presidente sirio, cuyo prestigio como hombre fuerte del mundo árabe se ha resquebrajado con su intervención al lado de los falangistas del Líbano, se entrevistará también con el primer ministro, Chirac, y con el ministro de Asuntos Exteriores, señor Sauvagnargues. Este viaje, en consecuencia, es esencialmente político, lo que. no impedirá la discusión de algunas cuestiones económicas: Francia pretende instalar en Siria una central nuclear y varios centros electrónicos de telecomunicación.

Francia no ha criticado nunca la intervención militar de Assad. A su vez, el presidente sirio es de los pocos que no comentó desfavorablemente la oferta francesa de enviar tropas. Y el ministro francés de Asuntos Exteriores, Sauvagnargues, sin temor a dar razón a quienes piensan en un eje Washington-París-Damasco, declaró hace unos días: Sobre el objetivo último, es decir, sobre la integridad y la independencia del Líbano, nuestros puntos de vista y los de Siria son idénticos.

Los medios diplomáticos, en el mismo momento en que Assad dialogaba con Giscard, hacían comentarios sobre la última noticia llegada de Oriente Medio: pocos momentos después del asesinato del embajador americano, el ministro de Asuntos Exteriores de Beirut anunció que su país pediría ayuda a una potencia extranjera.

Hasta ayer noche, el presidente libanés, señor Sarkis, no había hecho ninguna gestión oficial en tal sentido, ante el Gobierno francés. Y, como se recordará, según la oferta de intervención, anunciada por el presidente francés, hace pocas semanas, Francia sólo enviaría tropas si el Gobierno de Beirut se lo pide.

Lo que muchos se preguntan es si el estado de paroxismo al que ha llegado el conflicto permite soluciones de este tipo. Ayer el «número dos» de Al Fatah, Iyad, declaraba: El objetivo de Assad es convertir en miniatura a la Resistencia palestina, para realizar el plan americano de federación sirio -jordano-palestina. Tampoco conviene olvidar el elemento interior sirio, es decir, la situación peligrosa del presidente Assad, asediado por enemigos, militares y civiles, que, en cualquier momento, pueden dar un golpe de Estado.

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De todas maneras, durante tres días, la capital del polvorín libanés esta en París.

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