Un rico industrial italiano, liberado de sus secuestradores
El asentador de carnes romano Giuseppe Ambrosio, de 53 años y padre de cinco hijos, secuestrado la madrugada del lunes por un comando de «Unidad Combatiente Comunista» fue encontrado ayer por la mañana, por pura casualidad, en una casa en construcción en el centro de Roma.
Apenas pasada la media noche un desconocido telefoneó al diario comunista L`Unitá, avisándole de que en un cubo de la basura en el popular barrio Testaccio encontraría el carnet de conducir de Ambrosio y un mensaje. «Soy el detenido político Giuseppe Ambrosio, decía el mensaje-. Estoy bien de salud. He sido interrogado. Cumplid las peticiones de los compañeros de la «Unidad Comunista Combatiente» y seré liberado incólume. Ambrosio fue condenado a muerte como «capitalista parasitario», si hoy 71 carnicerías romanas de barrios bajos no hubieran vendido setecientos diez quintales de carne de ternera al precio político de 1.500 liras el kilo, en vez de 2.300 liras por Kilo. «Transformemos la jornada del miércoles 16/6/76, -se leía en el comunicado de los secuestradores-, en un momento de movilización y de victoria del proletariado romano para la difusión del programa de reapropiación de la riqueza social.»La Unión de Importadores de Carne y la Federación de Carniceros se declararon enseguida dispuestos a cumplir con las condiciones de los secuestradores, a condición de salvar la vida de su colega de trabajo. Las autoridades se reunieron para estudiar las posibles medidas a adoptar. Se habló del cierre obligatorio de las carnicerías indicadas que, al parecer, fueron elegidas por Ios secuestradores en los barrios más populares de Roma siguiendo una simple guía telefónica. Se calculaba que el precio del rescate ascendería a unos 200 millones de liras.Cuando todavía no se había adoptado una decisión, la casualidad condujo ayer por la mañana a un constructor y su contratista a la guarida misma del secuestro. El comando logró huir y Ambrosio fue liberado por la policía todavía conmocionado por los golpes sufridos y la sangre perdida la mañana del secuestro y por las horas de prisión que no logra recordar.
Nuevo núcleo armado proletario
La nueva «Unidad Combatiente Comunista» se suma a los núcleos armados proletarios, «Brigadas Rojas», «Nuevos Partisanos» y «Formaciones Comunistas Armadas». En el pasado, otros grupos de la misma pertenencia ideológica recurrieron al «robo político» en los supermercados. Tal sistema fue condenado por todos los movimientos a la izquierda del Partido Comunista. «La subida de la vida se combate -escribe el diario romano Paese Será- con una amplia acción unitaria de todos los demócratas en los partidos y en los sindicatos, que imponga un cambio en la raíz de las cosas. » Para ello es opinión general de toda la izquierda en esta campaña electoral, que es preciso combatir la hegemonía de la Democracia Cristiana.Mientras tanto, esta semana un ex oficial de los servicios secretos reveló el semanario Tempo que el servicio de contraespionaje se infiltró desde hace tiempo en las brigadas rojas. El Ministerio de Gobernación dice que se trata de «política-ficción » y la Fiscalía de la República abrió una encuesta. Desde hace tiempo en la Fiscalía yace un «dossier» relacionado con el intento de golpe de Estado de Borghese y que fue «detenido» por razones de secreto político y militar. El presidente Aldo Moro, que posiblemente impuso el secreto, es llamado a proceso incluso por los socialistas, sus viejos compañeros de Gobierno, que ahora se niegan a países. gobernar si no es con el Partido Comunista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.