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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Giménez Fernández y los democristianos

En el número del domingo 6 de los corrientes, se publica un artículo titulado "Mester de clerecia" que contiene algunas inexactitudes, necesitadas de rectificación.Se dice textualmente «El posible PPD, actualmente llamado Izquierda Demócrata Cristiana, tuvo como fundador al ex ministro de la República don Manuel Giménez Fernández ..." No confundamos. El grupo fundado por aquel gran político, se creó hacia los años 56 y 57. Yo entré en él en 1958. Uno de los más activos militantes y organizadores del mismo fue Jesús Barros de Lis. Personalidades del citado grupo fueron don Félix Pons y don Federico Roda, decanos de los Colegios de Abogados de Baleares y Barcelona respectivamente.

El partido se llamó Izquierda Demócrata Cristiana, pero a él jamás pertenecieron los disidentes de Izquierda Democrática, partido presidido por don Joaquín Ruiz-Giménez. Los componentes de este grupúsculo formaban parte de la Democracia Social Cristiana, dirigida por don Jose María Gil-Robles, al final de la década de los 50 y comienzos de la de los 60.

Fallecido don Manuel en febrero de 1968, varios de los afiliados a IDC se dirigieron a don Joaquín R. G. para rogarle que se pusiera al frente de dicha formación política. En efecto, nadie mejor que don Joaquín podía suceder a don Manuel. Entonces fue cuando la fracción escindida en El Escorial, entró en el renovado partido demócratacristiano, que acertó a llamarse sólo izquierda Democrática.Hay otro punto equivocado en el artículo del señor Jiménez Blanco. Don Manuel Giménez Fernández mantuvo contactos con dirigentes comunistas, y todos sus amigos políticos le oímos decir repetidas veces, que en el primer gobierno postfranquista tenía que haber un ministro comunista, en la cartera de Sanidad, por ejemplo. Decía que prefería tener a los comunistas a la vista y sujetos en la mesa del Consejo de Ministros, asociados a las responsabilidades gubernamentales, que no libres de entregarse a una labor irresponsable de agitación callejera y demagogia política. Quizá se inspiraba en los ejemplos de varios países de la Europa occidental al término de la última guerra mundial.

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