Quinientas familias viven en casas sin cimiento
«El martes por la noche vi que el techo empezaba a soltar cosas, a caerse trozos de escayola. Cogí la cama plegable, me fui a la cocina, y a la noche siguiente se hundió el techo de cañizo, empezó a moverse el muro y se agrietaron las paredes». Antonio Muñoz Córdoba vivía en una casa baja en la parte de Valdezarza antes de que los bombardeos dejaran a su familia en la calle en el año treinta y ocho. Con él, «está sola», vive una anciana «que vino de muy lejos, no es de aquí de Madrid».«Este era un lugar dice Antonio, en el que descargaban los traperos las casas no tienen cimientos. Cuando nos dieron esta casa, las casas pobres les llaman aquí, nos dijeron, que al cabo de diez años serían nuestras, pero han pasado diez años, veinte, treinta, treinta y cinco!...»
La vivienda pertenece al Fondo de Protección Benéfico Social de la Dirección General de Política Interior y Asistencia Social del Ministerior de la Gobernación. El inquilino paga treinta y nueve pesetas mensuales por su vivienda de la calle Cantueso 44.
Hay quinientas casas de este tipo en la zona comprendida entre las calles Cantueso, Blanco Argibay, Pedro Medrano, Antonio Lanzuela, Divino Redentor, Alfala, Esperanza Sánchez Carrascosa y Garcinuño. Cuando se cayó el techo de la casa Antonio fue a ver al Jefe de la Junta Municipal de Distrito, Morán Navalón, quien dijo que, si se tratara de otro tipo de viviendas, el Ayuntamiento les daría una casa en Manoteras, dice Lola Valcárcel, promotora de la Asociación de Vecinos de Valdecederas, pero no podía hacer nada por ser las casas de Gobernación. «Nosotros sabemos que en Manoteras no hay pisos, están concedidas», dice la promotora.
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