Tropas sirias invaden el Líbano, para liberar dos ciudades sitiadas, y llegan a 50 kilómetros de Beirut

Las tropas sirias que invadieron Beirut el lunes por la tarde y durante el día de ayer se encuentran a 50 kilómetros de Beirut. Sus efectivos se calculan entre 2.000 y 4.000 hombres y 200 tanques. La penetración se realizó por las fronteras norte y este. Inmediatamente se reunió en Beirut el Consejo que agrupa a izquierdistas y palestinos para decidir, bien la aceptación de las condiciones sirias, o «declarar la movilización general contra la invasión». Kosyguin, primer ministro soviético, llegó ayer a Damasco procedente de Bagdad, donde condenó «toda intervención imperialista en los asuntos internos del Libano». Tel Aviv sigue de cerca los acontecimientos libaneses. El Gobierno declaró que Israel no intervendrá, siempre que la invasión siria no suponga una amenaza a su seguridad.

Las tropas sirias invadieron el territorio libanés por las fronteras norte y este, en dos oleadas, a última hora del lunes y durante el día de ayer. El princial objetivo de la penetración fue la zona norte de las llanuras de Akkar, de tradicional influencia de Damasco, y liberar las ciudades -a cuatro kilómetros de la frontera- de Kubaiat y Andkit, predominantemente cristianas, sitiadas por fuerzas musulmanas izquierdistas.Portavoces cristianos y palestinos indicaron que entre 2.000 y 4.000 soldados sirios, con 200 tanques, avanzaron hacia el oeste a través de la región de Bekaa, hasta llegar a escasos kilómetros de Zahle, a unos 50 kilómetros al este de Beirut, donde ayer por la tarde detuvieron su avance.

A las fuerzas sirias se añadieron varios millares de tropas del Ejéricto sirio y del Ejército de Liberación Palestino, ya estacionados en territorio libanés. Sólo unos 4.000 soldados avanzaron hacia las posiciones contrarias que, según un portavoz izquierdista, se rindieron sin lucha la mayoría de ellas. Los sirios dieron un ultimátum a izquierdistas y derechistas para que se retiraran o cesaran en la lucha. Portavoces, derechistas dicen que sus facciones cumplieron la orden. Un portavoz palestino asegura, por su parte, que dos unidades guerrilleras fueron capturadas después de negarse a obedecer el ultimatum. Otras parece ser que retrocedieron ante el avance sirio.

En Beirut se reunió el Consejo que agrupa izquierdistas y palestinos. En fuentes izquierdistas se pone de relieve que sera adoptada una decisión que consistirá en aceptar el ultimátum sirio o «declarar la movilización general contra la invasión siria».

Radio Damasco anuhció que la intervención tenía la finalidad de «restaurar el orden en el Akkar.». Según la emisora, «delegados» de Damasco se dirigieron a las ciudades a petición de la población local para lograr una tregua y evitar que siguiese el bombardeo. Pero los medios progresistas libaneses rechazan esta explicación, orientada a minimizar lo que puede ser una invasión en regla. También se considera que elementos incontrolados provocaron la «justificación» de la intervención siria, que podrá repetirse una u otra vez.

Noticas de Tel Aviv informan que el Gobierno judío sigue de cerca los acontecimientos pero que Israel no intervendrá, siempre que el movimiento militar sirio se realice dentro del contexto de la guerra civil libanesa y no represente una amenaza.

Kosyguin, en Damasco

Por otra parte, Alexis Kosyguin llegó ayer a Damasco, procedente de Bagdad. Permanecerá cuatro días en la capital siria. En Bagdad Kosyguin acusó de la situación libanesa «a los feroces designios del imperialismo que pretenden desviar la atención de los árabes de la agresión israelí». Para Kosyguin, estos designios pretenden también «la liquidación de la resistencia palestina y dar un golpe definitivo a las fuerzas palestinas del Líbano».

«Es preciso -concluyó el primer ministro soviético- proteger al Líbano de toda intervención imperialista en sus asuntos internos»