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Suecia, la socialdemocracia en crisis / 2

El informe Meidner

Publicado el otoño pasado, el «informe Meidner» deberá ser debatido en el próximo congreso de la central obrera sueca, L. O., que se celebrará en junio. Hasta ahora, el Gobierno social demócrata de Olof PaIme no se ha pronunciado sobre esta propuesta de colectivización de la economía.Rudolf Meidner, economista jefe de la L. O., tituló su informe Löntagarfonder («Fondos de asalariados»). En él se sugiere que una parte de las ganancias anuales de la empresa se destinen a un «fondo de asalariados» colectivo. Ese fondo no recibiría dinero en efectivo, sino acciones de la sociedad por el mismo valor que la parte establecida de las ganancias. Las acciones serían propiedad colectiva de todos los trabajadores empleados en la empresa.

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Los fondos serían administrados por el sindicato de los trabajadores, que tendrían acceso a la junta directiva de la sociedad. Meidrier denomina a este sistema progresivo de colectivización «control paulatino de las empresas». Y estima que en una empresa de volumen medio, que tuviera beneficios estables, los obreros tardarían veinte años en hacerse con el control total de la empresa. Aunque en el informe no se especifica qué porcentaje de los beneficios empresariales debería destinarse anualmente al «fondo de asalariados», en declaraciones posteriores el economista jefe de la L. O., indicó que oscilaría entre un 15 y un 20 por 100.

Meidner defiende su tesis asegurando que, con este método, la estructura empresarial seguiría siendo, en líneas generales, la misma que existe actualmente, ya que el dinero destinado a los fondos colectivos permanecería dentro de la empresa. Los fondos estarían exentos de todo tipo de impuestos.

El «informe Meidner» afirma que si se aplicaran estas normas de colectivización a empresas con una plantilla de más de 100 empIeados, que darían afectadas aproximadamente un 60 por 100 de las personas que trabajan en empresas privadas. Si el límite para aplicar estas normas se fijara en 50 asalariados, quedarían afectados el 75 por 100 de los trabajadores del sector privado.

No se dan en el trabajo de Meidner detalles sobre cómo se organizaría y manejaría el «fondo de asalariados» ni tampoco sobre el sistema de representación de los trabajadores en las empresas una vez que hubieran logrado la mayoría de las acciones de las mismas

La posibilidad de que el sindicato, al hacerse paulatinamente con la propiedad de los medios de producción, llegase a enfrentarse, como empresario, con sus propios afíliados, fue desmentida por el dirigente de la L. O., Gunar Nilsson.

La Confederacíón patronal Sueca (SAF) se ha apresurado a criticar la teoría de Meidner, alegando que de llevarse a la practica supondría la concentración absoluta del poder económico en manos de un grupo reducido de dirigentes sindicales. Además, los empresarios aducen que esta colectivización provocaría un estrangulamiento en las inversiones y que no se podría obtener el capital necesario para invertir en operaciones arriesgadas pero de altos beneficios.

Para Thorbjörn Fälldin, líder del Partido Centrista, las propuestas de Meidner suponen la sustitución de una forma de concentración del poder por otra, y asegura que el obrero individual no se beneficiaría ni económica ni socialmente, ya que ni podría extraer dividendos de sus acciones, ni adquiriría mayor influencia en el control de la empresa.

En cuanto al Gobierno, se ha negado a tomar cualquier posición oficial respecto al "informe Meidner", en espera de que tenga lugar el debate sobre éste en el seno de la central sindical.

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