La izquierda francesa Conserva la unidad
Cuatro horas de discusiones, ayer, en, la sede del Partido Socialista no bastaron a las delegaciones de los tres partidos firmantes del programa común de izquierdas, para llegar a un-acuerdo sobre la táctica a . seguir en las elecciones municipales que, normalmente, deben celebrarse dentro,de un año escaso
.Los señores Marchais, por el Particlo Comunista; Mitterrand, por el Socialista, y Fabre, por los radicales de izquierdas, que hacía un año no se reunían los tres Juntos, volverán a verse después del verano. Y todo indica, dado el buen clima de la cumbre de ayer, que encontraran un compromiso. El desacuerdo, no fundamental a juicio de los observadores, se centra en las diferencias de matiz entre las estrategias de socialistas y comunistas. Los primeros pro-ponen listas comunes de la Unión de Izquierda en todas las Ciudades superiores a 30.000 habitantes y piden libertad de alianza en el resto, los comunistas aspiran a que la Unión sea universal.
En un comunicado denunciande manera especial la política social del Gobierno y sus presionesen el sector informativo. Anteposibles interpretaciones tendenciosas, subrayan que los objetivos del programa común son más ac- tuales que nunca». Y anuncian acciones comunes en las semanas, próximas.
En espera de la nueva reunión, el Comité de enlace de los tres partidos profundizará el estudio de las cuestione-s siguientes: criris del capitalismo, Europa, seguridad, defensa nacional, política exterior y libertad. Como ya hicieron notar los comentaristas, al final del Congreso Extraordinario del Partido Socialista, el último fin de semana, la competencia -entre socialistas y comunistas, en materia de estrategia electoral, como en otros aspectos, dará lugar a discusiones ásperas. El PC francés, «víctima de un cierto infantilismo, que le hace insóportable, la idea de no ser siempre el primero de la clase», choca con la serenidad del señor Mitterrand,.. que, por otra parte, sabe que el eventual éxito de la izquierda en las municipales o en las legislativas tranquilizaría a muchos franceses si «el primero de la clase» es su partido. Pero, a estas alturas, nadie imagina que «las querellas de familia« atenten contra la unión.
Huelga de prensa
La huelga de los periodistas ayer, ampliamente seguida, en París-y en provincias, impidió la salida de la casi totalidad de los cotidianos de Francia. De los 14 diarios parisinos, sólo apareció Le Parisien Liberé, periódico popular de derecha que, por razones específicas, haoe siempre banda aparte. La jornada de acción fue decidida por la Unión Nacional de Sindicatos de Periodistas, que agrupa a las cuatro sindicales más importantes. El móvil inmediato de la huelga se refiere a la aceleración de la firma de una nueva convención colectiva que patina desde hace cinco años. Pero de una manera general los periodistas han querido alertar a la opinión sobre los problemas, cada día más graves, de la prensa escrita, amenazada, especialmente, por «las presiones políticas del poder, contra el pluralismo informativo y, en consecuencia, contra la democracia». De un tiempo a esta parte se rumorea que varios sectores, financieros y gubernamentales, preparan un plan destinado a crear una especie de anti-Monde, el vespertino que se ha prestigiado por su renovado esfuerzo para mantenerse independiente,- últimamente, este diario de la tarde parece que ya ha sido la diana de ataques que pudieran no ser fortuitos. Por todo lo dicho, el portavoz del Sindicato Nacional de Periodistas, en su Congreso Nacional, hace dos semanas, hizo un análisis de la crisis de la prensa en términos políticos, a su juicio, el que, desde 1958, con la llegada del gaullismo, Francia haya estado gobernada por un partido dominante, ha favorecido todo lo que va contra el pluralismo de información. Y, ahora -dijo- como este partido se ve en declive, «recurre a todos los medios para amordazar la prensa».
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