Los ministros atlánticos evitan polémicas sobre Italia
La primera jornada del Consejo ministerial de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se caracterizó por la discreción de todas las delegaciones para evitar polémicas en relación con el «eurocomunismo». Los ministros de Asuntos Exteriores de los quince estados miembros de la OTAN se limitaron a una serie de discursos de tipo general, insistiendo en las grandes líneas de la distensión Este-Oeste. Se espera que el Consejo concluya hoy, a última hora de la mañana, con un comunicado final en el que figuren, sin entrar en detalles, las grandes preocupaciones actuales de la Alianza Atlántica.
Al margen del Consejo, pero aprovechando la presencia en Oslo de los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la OTAN, se celebraron varios contactos bilaterales. Cabe destacar el desayuno entre el secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, y el ministro griego de Asuntos Exteriores, Dimitri Bitsios, a propósito del conflicto de Chipre y de las relaciones, más bien frías, entre Atenas y Washington, y la entrevista entre los ministros de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña e Islandia, Anthony Crosland y Einar Agustsson, respectivamente, que trataron, sin resultados concretos, del litigio de límites de aguas de pesca que opone a británicos e islandeses.
El caso italiano
Por el momento no ha habido ninguna alusión al tema España OTAN, y habrá que esperar a la conferencia de prensa del secretario general de la Alianza Atlántica, Joseph Luns, que resumirá los resultados del encuentro en la capital noruega al término de los trabajos.
Dentro de su intervención general, Kissinger, al parecer habló también del peligro que supondría para la OTAN una eventual participación comunista en el futuro gobierno italiano, sacando su tradicional «teoría de los dominós», según la cual, el ejemplo italiano podría extenderse a otros países del sur de Europa. De buena fuente se comentó que Joseph Luns —haciéndose eco de buena parte de las delegaciones al Consejo, que no desean que una alusión directa a Italia pueda interpretarse como una intervención de la OTAN en los asuntos internos de un país— invitó al secretario de Estado norteamericano a no abusar del marco de la reunión ministerial de la OTAN para analizar la situación italiana.
En definitiva, la OTAN elige la vía de la prudencia. Prefiere juzgar a la luz de los resultados que den las urnas, antes de entrar en consideraciones que podrían ser explotadas, por cualquier parte, en el clima electoral italiano.
Gesto USA hacia Grecia
El comandante Ernesto Melo Antunes, ministro portugués de Asuntos Exteriores, presentó un análisis de la vida política portuguesa, después de las últimas elecciones. Melo Antunes se negó a comentar para la prensa la delicada situación en que se encuentran las relaciones diplomáticas entre Portugal y su ex colonia de Angola.
A propósito de Chipre, los observadores señalan el cambio de rumbo de los Estados Unidos. Kissinger, en su desayuno con Bitsios —que el viernes repetirá con el ministro turco lhsan Sabri Caglayangil— habría reconocido la necesidad de que Turquía abandone el control militar de la parte ocupada por la comunidad turca, como paso previo a una negociación del conflicto. El «gesto» se interpreta como un intento de seducción hacia Atenas. No en vano la posición estratégica de Grecia cobra particular interés, ante la incógnita italiana. ¿Qué dirá mañana Kissinger los turcos, cuya situación estratégica tampoco es nada despreciable, con sus centenares de kilómetros de frontera común con la URSS y su control sobre el estrecho del Bósforo, por donde pasa la flota rusa en dirección al Mediterráneo?
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