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No existe libertad política sin libertad de prensa

«No puede haber libertad política sin libertad de expresión. Este principio no admite restricciones». Quien esto afirmaba, el periodista norteamerlcano Vermont Royster, columnista del Wall Street Journal y profesor de periodismo de Carolina del Norte, en una conferencia sobre Doscientos años de libertad de prensa en Norteamérica que pronunció el jueves:en el Centro Cultural de los Estados Unidos, justificaba su otra afirmación hecha el día anterior en un coloquio con informadores españoles: «la fibertad de prensa en Estados Unidos es el principal test a que puede someterse un sistema político».Para Vermont Royster, premío Pulitzer de periodismo, la prensa norteamericana es única en el mundo, ya que puede publicar todo de todo. Puede quitar la primacidad a los gobernantes (asunto Watergate), dar publicidad a las actividades más secretas (CIA), criticar a personas y organismos, e incluso -a veces lo ha hecho- abogar en pro de la revolución.

A este elevado grado de libertad de expresión en USA se llegó en base a la interrelación de dos factores: las ideas y la geografia. Las ideas de la reforma protestante y sobre todo la filosofía aplicada de Locke y Voltaire fertilizaron decididamente las ideas de libertad de la revolución norteamericana. Por otra parte, la geografía de las colonias -el hecho de estar alejadas de la metrópoli que no hace posible el control directo sobre la opinión pública y la diversidad de cada Estado- es también un factor determinante de la libertad de prensa norteamericana, cultivada a lo largo de doscientos años.

La cuestión fundamental, sin embargo, que el profesor Royster se planteó en su conferencia, fue la consideración de los aspectos positivos y negativos de esta libertad, afirmando que no se puede decir absolutamente que la Iibertad de prensa llevada a tal extremosea, buena o mala. Lo cierto es que esta libertad es esencial ya que si se suprimiera se derrumbarían las otras libertades.

El auténtico dilema se plantea a la hora de conciliar la libertad de prensa con la seguridad y la estabilidad del Estado. No hay que perder de vista que toda libertad trae consigo una responsabilidad. Esta responsabilidad alcanza por igual, en opinión del conferenciante, a todos los ciudadanos.

Aunque la libertad de prensa puede dar lugar a abusos -admitió el conferenciante en su conclusión- el pueblo americano cree que esta libertad le aporta más ventajas. Tiene más fe en la libertad que en la lógica, apoyándose en gran parte en estos doscientos años de libertad.

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