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Para hoy, la «estocada» definitiva de Ocaña

La Vuelta 76 tiene cosas que contar interesante hasta los días que parecen tranquilos en principio. Ayer, tras las dos etapas reinas tras Asturias y Santander, lo lógico hubiera sido la calma a la espera hoy de la dura subida del Oro. Pero no hubo el «show» de rigor, pues Eusebio Vélez mandó ir a rueda a Martínez Heredia cuando éste se había escapado con Balagué, Kartens y Van de Vijver. El juego de despropósitos fue la salida de Van de Vijver, al que Gandarias, con intención de ganar en su tierra no pudo dar alcance. Hoy tendremos de nuevo emoción con lo que puede ser la etapa definitiva. La Herrera, Orduña y Santuario de Oro, pueden suponen la estocada definitiva de Ocaña.

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Lo primeros intentos de escapada se produjeron en los kilómetros iniciales. En el uno saltó Ven Hertoj y con él, como una premonición de su victoria, Van de Vijver. El corredor del Flandria tenía que cumplir, porque para su equipo un verdadero saldo en la carrera teniendo en cuenta los hombres de categoría que quedaron sin venir: Maesrtens, Pollentier, De Meyer o Verchueren, era la única posibilidad que tenía para sonar. De cualquier forma, la intentona sólo duró dos kilómetros. En el siete saltaron Martins, Balagué, muy trabador toda la jornada, García y Van den Hoek, el inevitable hombre del líder Kuiper. Después de conseguir hasta 25 segundos, la escapada terminó a los 11 kilómetros de iniciarse. Iban sólo 18 de etapa y tendrían que pasar 55 más hasta que se produjera el intento bueno.

Fue exactamente en el kilómetro 73. Se había pasado ya la meta volante de Espinosa de los Monteros, con victoria del líder de esa clasificación, Verplanke. Salió Martínez Heredia y le siguió Balagué, Van de Vijver, de nuevo, y Karstens, otro Raleigh. Pronto alcanzaron 1,45 minutos de ventaja, y por la segunda meta volante de Villasana de Mena, kilómetro 87, que pasó primero el corredor de Eusebio Vélez por delante de Karstens y Balagué, era de 2,37. La diferencia, con el pelotón «dormido», aumentó continuamente, y por la zona de avituallamiento de Valmaseda, kilómetro 102, era ya de 4,40. El «show», sin embargo, estaba a punto de producirse todavía.

Primero tuvo lugar la parada oficial, como el día de Barcelona, con Vallori, porque el recorrido estaba plagado de pasos a nivel y uno de ellos cogió al pelotón tras pasar los cuatro escapados. Fue en el kilómetro 111. Medio minuto de neutralización y vuelta a la bicicleta. En la parada tuvimos tiempo de preguntarle a Martínez Heredia que era el único que tiraba del grupo. Estaba enfadado: «¡No tira nadie!» En realidad era lógico, pues Balagué y Kartens tenían a Ocaña y Kuiper en los dos primeros lugares de la clasificación, pero no así Van de Vijver. Este, como se vería después, parecía otro hombre de Peter Post. El momento culminante de la etapa, con todo, fue el kilómetro 115. Hasta ese momento los cuatro hombres de cabeza habían pedaleado en solitario, con sólo la compañía de unos cuantos coches de prensa y el de los comisarios. Aparecieron los coches auxiliares de los equipos. El de Vitoria le dijo algo a Martínez Heredia y éste dejó de pedalear. A continuación pronunció una serie de blasfemias inadmisibles.

En fin, sea como fuere, la cuestión es que Martínez Heredia se quedó, y con él Balagué. Van de Vijver y Karstens se fueron solos, y una vez más nos vimos ante la tesitura de que por las consabidas tácticas un extranjero se iba a llevar el triunfo. El ciclismo moderno, como se ve, no se arriesga a que un hombre dé la campanada. Por encima de Martínez Heredia estaba una vez más el equipo. Justamente algo se le ha censurado tantas veces al Kas. Es un equipo bueno, firme, pero que coarta totalmente la libertad de sus corredores.

Tras los momentos de desconcierto y enfado se acercó Vélez hasta Martínez Heredia y le aclaró la situación. La paliza se la tuvo que dar entonces para coger a los dos de cabeza. Enlazó siempre con Balagué a rueda en la subida de Oquendo, primer puerto de la etapa, de tercera categoría. En la bajada, por el kilómetro 136, la ven taja del cuarteto era otra vez apreciable, 5,35. Pero ya Martínez Heredia no tiraba y la diferencia iba a menos. Peter Post, el director del Raleigh, fue quien le dijo a Van de Vijver que se fuera solo. El final ya se lo imaginan. Aunque Gandarias saltó del pelotón antes de que cogiera a los tres «parados» y después lo hizo otra vez no pudiendo enlazar. Llegó a estar a 17 segundos de Van de Vijver e incluso entró en el velódromo de San Ignacio cuando el belga daba la última vuelta. Pero se tuvo que conformar con la segunda plaza.

La etapa de hoy

La etapa reina de la vuelta partirá hoy desde Bilbao, y tras un recorrido de 204 kilómetros finalizará en el santuario de Oro, en el valle alavés de Zuya. La jornada discurre entre las provincias de Vizcaya, Alava, Burgos y Logroño, y los ciclistas tendrán que superar importantes dificultades orográficas: La Herrera, Orduña y Oro, de primera, y Ayurdín, de tercera. La meta, situada en lo alto del puerto de Oro, se alcanzará tres siete duros kilómetros de ascensión.

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